El controvertido proyecto de criptomonedas que Mark Zuckerberg alguna vez defendió frente al Congreso se está desmoronando tras la presión regulatoria.
Diem Association, una iniciativa de criptomonedas anteriormente conocida como Libra y respaldada por Meta Plataforms Inc., está evaluando vender activos como una forma de devolver capital a sus miembros inversionistas, según personas familiarizadas con el asunto. Diem está en conversaciones con banqueros de inversión sobre la mejor manera de vender su propiedad intelectual y encontrar un nuevo hogar para los ingenieros que desarrollaron la tecnología, cobrando cualquier valor que quede en su otrora ambiciosa iniciativa de monedas Diem, dijeron las fuentes citadas, que pidieron no ser identificadas porque las discusiones no son públicas.
En el 2019, cuando Facebook, propiedad de Meta, reveló por primera vez la idea de sus monedas digitales estables —stablecoins—destinadas a revolucionar los servicios financieros globales, lo hicieron en colaboración con docenas de otras empresas. Pero el consorcio no fue suficiente para proteger el proyecto del escrutinio regulatorio mundial. Después de que Zuckerberg fue llamado a declarar, algunos socios abandonaron el proyecto y este cambió su nombre a Diem. Las ambiciones de Diem se redujeron y su fundador, David Marcus, abandonó Meta el año pasado. La asociación llegó a un acuerdo con Silvergate Capital Corp. para emitir Diem, pero la resistencia de la Reserva Federal de Estados Unidos asestó el golpe final al esfuerzo, dijeron las personas.
Diem anunció en mayo que una filial de la empresa, Silvergate Bank, sería el emisor de la moneda estable Diem USD, un tipo de criptomoneda vinculada al dólar estadounidense que normalmente se usa para comprar y vender otros tokens digitales. Después de un largo tira y afloja entre los defensores de Diem y los reguladores, los funcionarios de la Fed finalmente le dijeron a Silvergate el verano pasado que la agencia no estaba cómoda con el plan y no podía asegurarle al banco que permitiría esa actividad, dijeron las personas.
Sin la luz verde del regulador bancario, Silvergate no pudo emitir el nuevo activo con la confianza de que la Fed no tomaría medidas enérgicas, por lo que el esfuerzo de Diem se quedó sin moneda.
Un portavoz de la Fed declinó formular comentarios sobre las conversaciones de la agencia con los defensores de Diem. Diem Association tampoco quiso hacer declaraciones y Meta no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
No está claro cómo valoraría un posible comprador la propiedad intelectual de Diem o los ingenieros que ayudaron a desarrollarla. Las discusiones son incipientes, advirtieron las fuentes, y no hay garantía de que Diem encuentre un comprador.
Meta posee alrededor de un tercio de la empresa y el resto pertenece a miembros de la asociación, según una de las personas. Los miembros de la asociación, que incluyen empresas de capital de riesgo y compañías de tecnología, acordaron invertir y pagar para unirse cuando se formó el grupo, agregó la persona. No está claro qué empresas, además de Meta, terminaron invirtiendo en la iniciativa.
El sitio web de Diem muestra que entre sus socios se encuentran firmas de capital de riesgo como Andreessen Horowitz, Union Square Ventures, Ribbit Capital y Thrive Capital, así como el inversionista estatal de Singapur Temasek Holdings Pte. En su sitio web también figuran empresas enfocadas en las criptomonedas, como Coinbase Global Inc. y otras como la empresa de transporte Uber Technologies Inc. y la plataforma de comercio Shopify Inc.
En noviembre, los organismos de control federales finalmente dejaron claro lo que buscaban. Los emisores de monedas estables deben ser bancos regulados si los tokens se van a utilizar como medio de compra y venta de cosas, dijo el grupo de trabajo del presidente sobre mercados financieros en un informe. El grupo de reguladores dijo que temía lo que podría suceder si una vasta red de usuarios de una empresa de tecnología comenzara repentinamente a realizar transacciones en una nueva moneda, y que la combinación de un emisor de moneda estable con una gran corporación “podría conducir a una concentración excesiva de poder económico”.