En el caso una nueva crisis financiera, los bancos no estadounidenses tendrán problemas para cubrir sus deudas, que han aumentado desde la crisis financiera global, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
A pesar de los esfuerzos para apuntalar el sistema bancario estadounidense - y a veces debido a estas reformas - el aumento de las obligaciones nominadas en dólares en otras entidades podría generar una mayor vulnerabilidad en las economías de los países de origen de estos bancos, dijo el FMI en un informe.
Según el análisis la brecha entre los activos y los pasivos denominados en dólares se ha ampliado a US$ 1.4 billones, equivalentes a un 13% de sus haberes.
Los expertos del FMI se plantearon qué pasa cuando bancos de fuera de Estados Unidos tienen falta de liquidez en dólares, tal y como ocurrió durante la crisis del 2007-2008.
El FMI destacó que los bancos fuera de Estados Unidos siguen jugando un rol clave a la hora de prestar dólares en todo el mundo.
Los expertos señalaron que según sus análisis estas entidades siguen siendo vulnerables a una alteración en el flujo de dólares que pudiera transmitir un impacto, a sus economías de origen y también a los países para los cuales ejercen como prestamistas.
"El llamado déficit de financiación cruzado entre divisas refleja la cantidad de financiación que debe cubrirse utilizando instrumentos como 'swaps de divisas', lo que hace que los bancos sean más vulnerables", dijeron los autores del informe.
Según el FMI, cuando hay una mayor dependencia de "fuentes de financiación volátiles a corto plazo" aumenta "la posibilidad de una mora" de estos bancos en sus economías de origen, que dependen de los dólares, indicó el FMI.
El informe instó a los gobierno a instalar amortiguadores para evitar que una situación de este tipo puede amplificar una sacudida financiera que pudiera contagiar sus economías.