El Índice General de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) tiene en el largo plazo alta correlación con las ganancias de las empresas que lo conforman, aunque ello no se cumpla actualmente por el reciente declive de este mercado, según Credicorp Capital.
Así, hay mucho valor contenido en la plaza local, cuyo índice referente podría alcanzar una cota de 27,190 puntos a fin de año, lo que denotaría un crecimiento de hasta 32% en lo que resta del 2022, estimó Miguel Leiva, vicepresidente de Equity Research del holding financiero.
En todo el año la BVL acumularía ganancias de 29%, aunque hasta ahora desciende 2.3%.
Pero, además del ruido político y la presión vendedora de activos por los retiros de la AFP, es necesario monitorear el adecuado manejo de conflictos sociales o eventuales cambios impositivos o regulatorios, dijo el analista.
En el ámbito externo, se evaluará el alza de tasas de interés de los bancos centrales para combatir la inflación, el conflicto entre Rusia y Ucrania, y restricciones en China, acotó.
Estímulo
Los ingresos de las compañías aumentarían 6% este año, impulsados por los sectores minero, por elevados precios de metales y nuevos proyectos en marcha; de consumo, ante el estímulo económico que representan los retiros de AFP y CTS; y eléctrico, sostuvo. Los ingresos moderarían su crecimiento en el 2023 a una tasa de 2%, agregó.
En tanto, el margen ebitda (operativo) de las empresas se estabilizaría en 31% desde este año, mientras que el neto sería de 14% en el 2022 y 13% luego, proyectó.
“Las empresas deberían materializar estos resultados a lo largo del año; estos valores fundamentales deberían dar claridad a los inversionistas de cómo les va a las empresas en medio de un contexto internacional volátil y complicado al que se suman factores puntuales del país”, afirmó.
La perspectiva es que las firmas sigan reportando buenos resultados en el segundo trimestre, lo que otorgará mayor visibilidad a los inversionistas sobre los dividendos, estructura de ingresos y márgenes de estas, recalcó.
Dividendos
Leiva consideró que mejores resultados financieros de las firmas permitirán una mayor retribución a los accionistas mediante un aumento en el pago de dividendos.
“Si un inversionista compra acciones de una empresa que está en el índice podría obtener una rentabilidad anual de 6% en dividendos, retorno que anteriormente era de 2.5%; sin embargo, hay títulos del sector minero que pueden pagar hasta 10% al año por este concepto u otras compañías con menor disponibilidad de caja que solo rinden 2%”, detalló.