El coronavirus y las recesiones resultantes dejarán “cicatrices duraderas” en los países en desarrollo y los mercados emergentes, con las naciones exportadoras de petróleo y las que sufren crisis financieras llevándose la peor parte, dijo el Banco Mundial.
En su reporte de perspectivas económicas mundiales, el banco sostuvo que un país promedio de los mercados emergentes que sufre una crisis financiera podría ver una caída de su producción de un 8% en un período de cinco años, mientras que en el caso de los exportadores de petróleo el desplome alcanzaría un 11%.
Funcionarios del prestamista internacional destacaron que las perspectivas de crecimiento ya se habían atenuado significativamente debido en parte a los conflictos comerciales, por lo que el impacto de la pandemia podría fácilmente convertirse en problemas de solvencia para los países de mercados emergentes.
Las bajas tasas de interés en la última década contribuyeron a un aumento récord de la deuda soberana y corporativa en los mercados emergentes, limitando la capacidad de las autoridades para responder a la crisis y evitar el cierre de negocios, la pérdida de empleos y el deterioro del capital humano, dijo Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de crecimiento equitativo, finanzas e instituciones del banco.
“Si las políticas están totalmente orientadas a respaldar intereses creados o compañías zombis, se pueden generar problemas de liquidez que se convierten en problemas de solvencia”, dijo Pazarbasioglu.
“Lo que realmente se necesita ahora son medidas urgentes para limitar daños y perjuicios, pero también mantenerse al margen de políticas que pueden llevar a esta crisis de salud, que se ha convertido en una crisis económica, a una crisis financiera”.