El dinero plástico, como se le conoce a las tarjetas de crédito, es el camino de acceso a financiamiento para algunos clientes nuevos en la banca.
Así, permite mostrar el comportamiento de pago del usuario y generar un historial crediticio para luego ampliar su línea o aprobar otro tipo de préstamos.
Si bien la recomendación años atrás era poseer como mínimo dos o hasta tres tarjetas de crédito que incluyeran una bancaria y otra de una tienda por departamento, ahora la sugerencia es tener solo una de ellas, sostuvo Arturo García, profesor de Esan.
“Las personas deberían utilizar la tarjeta de crédito solo para facilidad de transacción, mas no para pagar los gastos corrientes del mes como alimentación, servicios o gasolina, pues son egresos que deben cubrirse con el salario”, refirió.
La economía muestra una mejora pero aun está en proceso de recuperación, por tanto, todos los agentes económicos deben seguir cautos frente al endeudamiento, aconsejó.
En este escenario, dijo, es poco recomendable tener una tarjeta para aprovechar descuentos o promociones en tiendas pues lo que se busca es ahorrar.
“Debería ser suficiente una sola tarjeta de crédito y en casos extremos no más de dos, plástico que debe ser destinado a inversión y no en consumo o gasto del día a día; no se deberían endeudar para los gastos del mes”, reiteró.
En tanto, refirió que es posible financiar la compra de electrodomésticos como un televisor o una refrigeradora en cuotas pero a plazo menores de seis u ocho meses.
De solicitar más cuotas es preferible consultar por un préstamo de consumo o de libre disponibilidad que implica un costo menor, agregó.
La tasa promedio de un crédito de libre disponibilidad a más de 360 días es 19.63%, inferior a la de una tarjeta de crédito que en promedio equivale a 52.05%, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Asimismo, sugirió “cumplir con el pago total del estado de cuenta de la tarjeta y no solo el monto mínimo pues luego termina siendo una bola de nieve de endeudamiento”.