Las expectativas sobre el gobierno mejoraron un poco durante el primer mes del año, panorama que debilitó al billete verde tras haber cerrado el 2021 en niveles de S/ 3.989.
“Empezamos el año con un ataque especulativo, un dólar en retroceso, extrañamente, muy acelerado ante la perspectiva de que ciertas medidas radicales quedaban de lado y la política del país daría un giro”, dijo Omar Azañedo, fundador de la casa de cambio Noncash.
Sin embargo, señaló, los primeros días de febrero la inestabilidad regresó tras el cambio de gabinete y noticias poco favorables sobre los nuevos ministros, con lo que retornó la volatilidad en el tipo de cambio.
El billete verde cerró en S/ 3.858 ayer, depreciándose 3.33% frente al sol en lo que va del año, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
En este escenario, Azañedo sostuvo que son los peruanos entre 35 y 45 años, sobre todo los más cercanos al techo de este rengo o Generación X, quienes están liderando las operaciones de cambio de dólares en el país durante las primeras semanas del año.
“El perfil que predomina es del ciudadano con importante capacidad adquisitiva, que invierte en bolsa, criptomonedas o el mercado inmobiliario y aprovecha estas variaciones para comprar o vender moneda extranjera”, detalló.
Por ejemplo, hay clientes que tenían planeada la compra de un inmueble o tienen obligaciones en dólares y están aprovechando este fortalecimiento del sol para adquirir la divisa estadounidense porque hace un mes les costaba cerca de S/ 4, acotó.
Comentó la participación, también, de personas medianamente instruidas en finanzas, con acceso a internet y manejo de tecnología, que cuentan con tarjetas de débito o crédito y hacen compras -en dólares- por internet.
Además, el dinamismo del primer mes en las casas de cambio fue impulsado por capitales golondrinos, de extranjeros que siguen viendo a Perú como un buen país para invertir, añadió.
Pese a ello, el ejecutivo mencionó que hay un sector empresarial que mueve gran porcentaje del mercado, en cuanto a volumen de operación, superando las transacciones de cambio de moneda de un joven de 25 años o un empresario de 45, que no son tan elevadas.