Si bien es cierto que existen muchos factores razonables por los cuales conducir un Lamborghini, no nos engañemos: los reales son meramente emocionales y vienen cargados de un sentimiento tan grande como el amor por un club de fútbol. Es aquí, en el corazón del purista, donde se generó la gran duda al recibir la noticia de que su marca distintiva iba a lanzar su primera SUV. O mejor dicho, un vehículo utilitario superdeportivo.