Una buena historia no es suficiente para atrapar a los lectores, hace falta –según los entendidos– algo más que un buen titular y unas líneas bien contadas para conseguir que un texto –en cualquiera de sus más de diez variedades– atrape, de principio a fin, a quien lo lee.
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Pero, ¿cómo se logra atraer la atención de un lector?, ¿resultará fácil lograrlo?, y ¿de qué técnicas nos podemos valer para conseguir el objetivo de todo escritor y cautivar a los lectores?
Aunque no existe una receta única que nos permita valernos de ella para cautivar a un lector, sí es posible lograrlo escribiendo una buena introducción. Y es que en caso se logre atraparlo desde el inicio, estaremos más cerca de captar su atención y –como consecuencia– las probabilidades de que concluya la lectura serán más altas.
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¿CÓMO ESCRIBIR UNA BUENA INTRODUCCIÓN?
Según refieren en el Manual del Taller de Expresión Escrita de Estudios Generales de la USMP, debido a que la introducción “da inicio al texto, presenta el tema, los objetivos, la idea principal o tesis y contextualiza”, en estas líneas “se debe captar la atención del lector”.
¿De qué manera? Entre algunos recursos o técnicas para lograrlo, la casa de estudios recomienda:
1. Introducción anécdota
El autor narra un suceso personal e interesante que motive al lector para que continúe con la lectura.
2. Introducción antecedente
Mediante este tipo de introducción se busca presentar los orígenes, datos o historia del tema en estudio con la finalidad de atrapar al lector.
3. Introducción interrogante
Sobre la base de una pregunta o preguntas formuladas se trata de llamar la atención del lector.
4. Introducción cita
Se recurre a una frase o pensamiento de un personaje influyente para, a partir de esa cita, atraer al lector.
¿QUÉ OTRAS TÉCNICAS EXISTEN?
Tomando en cuenta, como señala la Real Academia Española (RAE), que la introducción es el “exordio de un discurso o preámbulo de una obra literaria o científica”, también es posible echar mano de otras herramientas o técnicas que nos ayuden a atrapar al lector.
Así, a las cuatro primeras técnicas, se pueden añadir –a decir de la Universidad de Chile–las siguientes:
5. Preludio
Se utiliza un elemento opcional para captar la atención del lector como una cita, un conjunto de datos muy llamativos, la presentación breve pero atractiva de una problemática ligada a tu tema específico, entre otros.
6. Estado de la cuestión
Se hace uso de una exposición breve sobre el conocimiento actual sobre el tema. Suele incluir citas a la literatura previa.
7. Problema
Cuando se expone la problemática que hay en torno al tema y que motiva el texto.
8. Punto central
Refleja el objetivo del texto, es decir, lo que este se propone realizar específicamente. En los textos argumentativos puede contener la tesis.
9. Previsualización
Hace una breve sinopsis de los contenidos del texto, en el orden en el que aparecerán.
Independientemente de la técnica que utilice para escribir su introducción, es importante que sepa que su elección o inclinación estará muy ligada al tipo de texto que desea escribir y al tema que desarrollará.