Puede que Daniel Craig se despida como James Bond, pero su icónico Aston Martin está a punto de tener una nueva vida, por US$ 1 millón.
En realidad, Bond conducía un DB5, que vuelve a aparecer en la última película de Bond, “No Time To Die”. Pero el DB6 es considerado por muchos como el epítome del estilo automovilístico británico desde que se presentó por primera vez en 1965.
En un giro moderno, el DB5 y el DB6 están siendo readaptados para reaparecer en números limitados como automóviles eléctricos.
“Para las mujeres y hombres del futuro, esto, en su versión eléctrica, es lo que deberían conducir”, dijo David Lorenz, director general y fundador de Lunaz, especializada en la fabricación de automóviles clásicos eléctricos, al volante de un DB6.
“Tienes la belleza estética que nunca conseguirás en un vehículo moderno y, sin embargo, la estética puede combinarse ahora con una moderna transmisión mecánica”, manifestó.
Lunaz, con sede en Silverstone, donde se disputa el Gran Premio de Gran Bretaña, está fabricando un número limitado de DB6 eléctricos.
La empresa se fundó, según Lorenz, para llevar el reciclaje a un nivel completamente nuevo y responder a una pregunta difícil: cuando se prohíban los motores de combustión interna, ¿qué vamos a hacer con los 2,000 millones de vehículos que ya circulan por las calles?
“Quiero preservar estos vehículos para las generaciones futuras. Mi hija tiene tres años. Cuando esté en edad de conducir, conducirá automóviles eléctricos y quiero que disfrute de vehículos como este”, dijo Lorenz.
Cada Aston Martin DB6 eléctrico se someterá a una exhaustiva restauración del metal expuesto que Lunaz denomina “refabricación”.
Las actualizaciones tecnológicas incluyen los últimos frenos, la suspensión y la dirección, junto con el aire acondicionado y los sistemas electrónicos de información y entretenimiento.
Los sistemas de propulsión eléctrica dan al automóvil una autonomía de 410 kilómetros.