Ricardo Ortiz, vicepresidente del Grupo Mayo. (Foto: Diana Chávez)
Ricardo Ortiz, vicepresidente del Grupo Mayo. (Foto: Diana Chávez)

Karen Rojas ANdia

Claudia Guevara leyva


Ricardo Ortiz es, desde hace más de un año y medio, el hombre detrás del Grupo Mayo. “Cuando pisé por primera vez una agencia, en 1988, aluciné y dije ‘esto es lo mío’”, rememora.

Hoy el ejecutivo es un convencido de que la publicidad es mágica, pero no magia.

¿Cómo ha sido su paso por la industria publicitaria?
Siempre tuve claro que quería desempeñarme en algo relacionado a la comunicación. Ni bien terminé primer ciclo, conocí a una persona que me dio la oportunidad de entrar en agencia y aluciné.

¿Cómo ha cambiado la manera de generar creatividad?
Antes, la publicidad se hacía a pedido, hoy ya no puedes esperar a que eso suceda. Tienes que tomar la delantera anticipándote, investigando y complementándolo.

¿Cómo ha cambiado el enfoque de la publicidad con los años?
Los temas de interés han cambiado mucho. Hoy tenemos las consecuencias del cambio climático, las de una sociedad machista, etcétera. Las marcas y agencias no pueden hablar de temas banales, cuando hay tantos pendientes.

¿Qué ingredientes debiera tener una buena campaña?
Sin duda, una buena base de conocimiento sobre el consumidor. Esa es la fuente básica, la materia prima. Cambian las metodologías o herramientas para recabar información, pero lo que nunca cambia probablemente es el contenido y la creatividad.

¿Es lo que da la relevancia?
Exactamente. La magia que tiene una buena idea no es fácil de reemplazar ni con tecnología. Es una fórmula aparentemente fácil.

¿Cómo es gestionar en el día a día las exigencias o los cambios de última hora de los clientes?
Creo que el término “para ayer” nació en las agencias de publicidad.
La tecnología ha ayudado a resolver esos pedidos urgentes de modo más rápido. Hoy se puede medir la reacción de la gente y modificar sobre la marcha. Pero tampoco creo que tener mucho tiempo haga necesariamente que una idea sea exitosa. No son sinónimos.

Hasta qué punto dar el brazo a torcer a favor de los clientes o del equipo. ¿Cómo es ese balance?
Depende de cada persona. Para mí, no hay cosa más importante que el respeto mutuo. En ese respeto hay conversaciones, puntos de vista y aportes.

¿Hay campañas que lo han marcado a nivel personal?
Tenía un amigo que decía, y con razón, que “una campaña puede cambiar la historia de un cliente”, instalarse o ser referente. Ahora bien, una campaña interesante fue la que hicimos para Marca Perú: Intercambiados.

¿Por qué?
Fue una campaña divertida. Tuvo una complejidad que, ante los ojos del consumidor, se veía de una manera tan simple, es parte de la magia que estamos en la obligación de hacer sentir.

¿Las ideas más simples son las más complejas de elaborar?
Hay una frase que a mí me encanta: “la publicidad es mágica, pero no magia”. Lo que ves tiene que ponerte la piel de gallina, parecer simple y mágico a la vez, aunque detrás haya un trabajo gigante, de investigación y estrategia.

¿Le es complicado desconectarse del trabajo?
Para un publicista es muy complicado desconectarse por completo. Es imposible no analizar cada comunicación con ojos, precisamente, de comunicador.

¿Practica algún deporte?
Juego básquet desde los 14 años. Participo en todas las ligas que puedo estar. De hecho, el año pasado representé al Perú en un campeonato de máster 45 en Brasil.

en corto

Meta. Su paso a través de diferentes cargos dentro de la empresa a lo largo de 23 años han llevado al ejecutivo a la vicepresidencia. En este contexto, Ricardo Ortiz manifiesta sentirse comprometido con “volver a darle a Mayo el brillo que tenía hace unos años”. Señala que este reto es “más que una responsabilidad”.

Nombre: Ricardo Ortiz.
Cargo: Vicepresidente ejecutivo del Grupo Mayo.
Cargo anterior: Vicepresidente de Operaciones.
Profesión: Publicista.
Educación: IPP y ESAN.
Estado civil: Casado.
Hijas: tres.