Este año, la tradicional subasta de verano del Museo de Arte de Lima (MALI) se caracterizará por contar con una oferta abundante, precios variados, en un ambiente que se equiparará al de una feria en la playa.
El martillazo repicará este sábado 11 en la Playa del Golf de Asia, donde el protagonismo no será concedido a un ámbito específico de las artes plásticas sino que se cederá paso a una puja más amplia en su mirada, sostiene Armando Andrade, presidente del Comité de Subastas del MALI.
De ese modo, la decisión del museo ha sido la de aprovechar la variedad de obras disponibles, segmentando 63 lotes en cuatro categorías.
ValuaciónLos lotes más costosos están tasados entre US$ 28,000 y US$ 30,000 y; corresponden a las esculturas "Pianito Conklin" y "Mil patas", de Emilio Rodríguez Larraín. Un artista cuyo aporte fundamental fue el haber introducido un estilo vanguardista, y recordado por haber roto con lo establecido en el arte convencional peruano.
"Rodríguez Larraín es significativo en el imaginario peruano, sus piezas son escasas, con tiradas muy limitadas: 'Mil patas' tiene solo dos reproducciones adicionales", dice Andrade sobre la segunda categoría, dedicada a pintura y escultura.
Según Andrade, esta sesión también estará encaminada a rescatar artistas olvidados como los pintores Carlos Fernández Huiman, Camilo Blas, José Sabogal, y escultores como Manuel Piqueras Cotolí con versiones en menor formato de dos tapadas limeñas.
Entretanto, la fotografía protagonizará la tercera sesión con piezas del estudio de los Hermanos Vargas a la cabeza. Los lotes reflejan el dominio de los arequipeños sobre la técnica del claroscuro y su interés por retratar una república aún joven. Los coleccionistas más entusiastas podrán acceder también a obras de Jaime Rázuri y Herman Schwarz.
Las últimas subastas serán las de arte contemporáneo. Destaca "Sistema regular" (recorte que alude a la fragilidad de lo humano), de Johanna Hamann y el desaparecido Juan Javier Salazar, cuyas producciones sobre salen por su irreverencia y carácter político.
"Por su escasez, las piezas de este artista están comenzando a despertar especial interés en los coleccionistas", reflexiona Andrade.
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