Redacción Gestión

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Los tienen distintas maneras de liberar las tensiones. Muchos levantan el volumen de su voz a un nivel intolerable. En consecuencia, sus empleados no saben qué hacer ante una situación tan incómoda y se sienten con las manos atadas.

Steven P. Cohen, presidente de la empresa de consultoría Skills Company y autor de The Practical Negotiator: How to Argue Your Point, Plead Your Case, and Prevail in Any Situation, recomienda seguir cualquiera de las siguientes tácticas:

1. Quédate en silencioEspera que el interlocutor se quede 'sin aire' antes de continuar la discusión. Siéntate frente a él sin ocultar una expresión de perplejidad, no digas nada, al menos, hasta que logre calmarse. De esa manera le podrás transmitir que lo que acaba de decir es demasiado fuerte e incluso ofensivo. Recuerda que un rostro impasible o un gesto de incomodidad puede 'decir' más que mil palabras.

2. Explícale con calma cuán molestos son sus gritosSi eres de las personas que no puede guardar silencio en momentos de tensión, entonces puedes comentar algo similar a lo siguiente: "Cuando alguien me grita así, es muy difícil para mí concentrarme. Siento como si realmente no no nos estuviéramos comunicando". Lo beneficioso de acudir a este camino es que podrás sentirte un poco más tranquilo al decir lo que piensas. La otra ventaja es que, al señalar el problema, lograrás avergonzar lo suficiente a tu jefe como para que baje la voz (aunque podría no ser así). Si el episodio tiene lugar delante de varios compañeros, la sensación de vergüenza será mayor.

3. Habla en voz bajaSi accedes a hablar en voz muy baja y despacio, harás que tu jefe haga un esfuerzo por escucharte e incluso te invitará a que le hables en voz más alta. Tomar esta opción puede resultar eficaz por dos motivos. Uno, distrae a tu interlocutor de aquello que lo está estresando y su atención se orienta hacia el meollo del asunto. Dos, al notar la diferencia entre su voz y la tuya, dejará de gritarte.

4. Reafirma lo que está diciendo a gritos"Si te he entendido bien, estás diciendo que tenemos que…". Una respuesta que le haga entender que, efectivamente, comprendiste qué punto esta tratando de dejar en claro ayudará a que tu jefe se calme. Muchos gritones se quedan tranquilos cuando quien esta frente a él le demuestra que ha entendido el mensaje. Demostrarle que lo escuchaste podría ayudar a terminar con los gritos.

5. Prepara una solución antes de tiempoMuchos son los empleados que conocen las reacciones de sus jefes. Por eso, si sabes que ha surgido un problema en la oficina y que ello desencadenará la ira de tu superior, entonces más vale ir a esa reunión preparado. Alista tus armas. La mejor forma de hacerlo es tener ideas de cómo encarar el incoveniente. "Una sorpresa a menudo lanza fuera de balance a un gritón, le hace detenerse y considerar un enfoque que no se le había ocurrido. Una vez más, cuando presentes las ideas, habla en voz baja. Después de un tiempo, podría captar la indirecta".