Después de una ausencia de dos años por la pandemia, el rally Caminos del Inca, el más importante del país, vuelve al ruedo. El itinerario arranca el viernes con una partida simbólica desde la Costa Verde en Magdalena. El día siguiente es el Super Prime en La Chutana, que será la clasificación para ver el orden de partida, y el domingo 23 los pilotos parten de Canta a Huancayo en lo que será la primera etapa del rally.
A diferencia de años anteriores, la competencia no tendrá cinco etapas sino seis y culminará en Cusco por primera vez en su historia. Las otras ciudades que serán parte del recorrido serán Ayacucho, Arequipa, Huancayo y Puno. Además, el Automóvil Club Peruano, organizador del evento desde su fundación, ha organizado una fiesta (raymi) para el día de la partida simbólica donde los espectadores podrán compartir con los pilotos y ver de cerca los vehículos de carrera.
Según el piloto Renzo Felice, al celebrarse el 50 aniversario del rally se buscó realizar una edición diferente que recorriera carreteras alternas con más tierra. “Es más parecida a lo que era Caminos del Inca en los años ochenta: un camino duro y complicado para el piloto y el auto. La etapa de Ayacucho a Cusco es bastante trabajosa y exigente, con muchas bajadas y subidas”, comenta Ricardo Dasso, quien en 1986 se convirtió en el ganador más joven del Rally.
Expectativas
Este cambio de ruta, el regreso a las pistas después de la pandemia y la celebración que significan los 50 años del rally han elevado las expectativas de los pilotos, que llegaron a superar la cifra de 160 inscritos, un 400% más que en la edición anterior.
Según Felice, muchos pilotos se inscribieron antes de saber si podrían estar en condiciones de participar. “De los más de 160 pasamos a tener 139 para partir, de los cuales vamos a ver cuántos pasan la revisión técnica para sincerar el número”, declara.
“Debido a la complejidad de la ruta y el aumento del costo de vida, pensé que no íbamos a llegar a los 50 inscritos y felizmente me equivoqué”, comenta Dasso, que aparte de piloto es inspector de manejo. También añade que muchos no tomaron en cuenta que, para inscribirse en la competición, deben tener por lo menos tres rallys regionales terminados y una licencia superior.
Marcas y auspicios
“Pensé que el tema económico iba a estar más complicado, pero hay mucho entusiasmo y expectativa, las marcas no se quieren perder esa fiesta”, comenta Dasso. Algunos de los auspiciadores que respaldan la competencia son la cadena de hoteles Casa Andina, Volt o Coolbet, mientras que el principal patrocinador es Toyota Gazoo Racing.
Por otro lado, cada piloto es responsable de conseguir sus propios auspicios, entre los que destacan marcas de autos, lubricantes o neumáticos. Estos representan un balón de oxígeno importante para la mayoría de pilotos. “Se trata de una inversión muy grande, estamos hablando de por lo menos US$ 40,000 para correr en Caminos del Inca fuera del carro”, detalla Felice. Además, precisa que son equipos cuyos costos fluctúan dependiendo de la seguridad que busquen tener los pilotos. “Hay cascos de carrera que van desde los US$ 800 hasta US$2,500, ya es decisión del competidor los implementos que va a necesitar”.
Cada piloto presenta su auto a las marcas como una vitrina en blanco: desde el parabrisas hasta las puertas, cada pieza tiene una tarifa distinta. Este ingreso puede significar hasta el 40% de la inversión en equipos y algunas compañías, como la marca finlandesa de amortiguadores Bigem con Felice, aprovechan estos eventos para introducirse al país.