Poeta, crítico literario y una de las voces más representativas de la poesía peruana actual. Miguel Ildefonso recibirá hoy el máximo galardón de las letras peruanas: Premio Nacional de Literatura 2017 en categoría Poesía. Su obra “El Hombre elefante y otros poemas” se erigió como ganadora.
El poemario, que ya suma dos reconocimientos, ostenta una serie de “personajes monstruosos, grotescos, incomprendidos pero sensibles que buscan ser escuchados, valorados y humanizados”.
Ildefonso, quien dice haber hallado referencias en Martín Adán, José Eduardo Eielson y Enrique Verástegui, es un convencido de que hoy ha cambiado lo que significa hacer poesía.
¿Cómo observa la producción poética actual?, ¿cuál es su lectura?
Desde la generación de los 90 se percibe un cambio en lo que significa ser poeta y en lo que supone escribir poesía. Si bien ya no hay esa conexión que quizá décadas atrás había con la sociedad o medios de difusión, la poesía se ha ido anclando.
¿Qué es lo que se ha transformado?
Antes el poeta era una especie de ser iluminado, una voz superior, eso ha cambiado, ahora es un simple trabajador de la palabra con una sensibilidad especial. Ahora también hay una libertad que quizá no había antes y, con ello, la forma de escribir es más amplia, hay muchos registros poéticos, estilos. Hay poetas que hacen mucha performance, otros que declaman sin tener un escrito.
Dentro de todos los géneros literarios, ¿la poesía se mantiene al margen?
El poeta es un poco el raro o el salvaje de la literatura; el narrador es más convencional o más adecuado a una industria. El poeta no pertenece a una industria editorial, está un poco al margen del mercado.
Poder de difusión
Para Ildefonso, las editoriales independientes se han convertido en un soporte para los poetas peruanos, pues recuerda que, hacia inicios del 2000, la aparición de estas pequeñas empresas contribuyó en su caso a una publicación más frecuente de poemarios. No obstante es consciente de que las grandes editoriales no suelen apostar por la poesía por estar dirigida a un público reducido.
¿Cómo se contrarresta la limitada difusión de lado de las editoriales?
La poesía, como dicen los editores, no vende, es así. Alguna vez publiqué en una editorial que se presentó en alguna feria pero no colocaron mi obra. Puedo entender que haya preocupación por recuperar dinero, pero si la poesía no se muestra, no va a calar. Es un asunto de creadores, productores y editores.
¿Eso ha conllevado a que los poetas busquen otras alternativas de difusión?
La poesía está adquiriendo nuevas formas de llegar al lector. La narrativa también. Hay un desarrollo de ferias tanto en Lima como en provincias, hay jóvenes poetas que forman colectivos, organizan festivales y se conectan con el extranjero, creo que se ha roto el localismo, hay más intercambio. Eso es clave. Quizá antes el poeta se preocupaba por transformar el mundo o hacer política, ahora busca generar cultura.
¿Escribe pensando en un público o en usted?
Para mí, escribo como quisiera leerme y como quisiera que alguien me lea. Pero también pienso en el lector de la calle, en aquel que tiene necesidades, ansiedades y deseos. Voy hacia eso, hacia un doble diálogo.
EN CORTO
Galardonados. El Premio Nacional de Literatura 2017, otorgado por el Ministerio de Cultura, también distinguirá a Susanne Noltenius, quien destacó en la categoría Cuento, con “Tres mujeres”, y a Gerónimo Chuquicaña, quien hizo lo propio en Literatura Infantil y Juvenil con “Falsos cuentos: Taca-Taca”.
HOJA DE VIDA
Nombre: Miguel Ildefonso.
Educación: Universidad de Texas.
Publicaciones: Cinco novelas y cuentos. Catorce poemarios.
Premios: IX Concurso Nacional de Poesía “Premio José Watanabe Varas”. Juegos Florales de Tegucigalpa. Premio Nacional PUCP. Premio Copé de Oro de Poesía.