Aunque desde afuera solo parezca una niña de 14 años sentada con la cabeza gacha frente a 32 piezas blancas y negras, es imposible conocer a ciencia cierta el viaje de emociones por el que atraviesa Fiorella Contreras durante una partida de ajedrez. Aprender a evitar el movimiento de un pie intranquilo bajo la mesa o no dejarse llevar por la ilusión de la victoria antes de decir “mate”, es parte de la preparación que le ha permitido ser a su corta edad Maestra Fide. El título se lo debe a ser campeona mundial, tetracampeona panamericana y tricampeona sudamericana en este deporte.