Agenda. Las leyes de cine y libro deberían estar antes de setiembre del 2019.
Agenda. Las leyes de cine y libro deberían estar antes de setiembre del 2019.

Los estímulos económicos para la cultura se han convertido en la primera política de financiamiento a proyectos culturales (sobre el audiovisual, las artes escénicas, las artes visuales, la música y el libro) impulsados por el . Con S/ 23 millones destinados a 345 proyectos, la iniciativa sería un pilar elemental en la democratización de la cultura.

¿Qué industrias se están visibilizando con estos estímulos?
Se ha apostado por incentivar varias áreas que no habían recibido financiamiento directo. Están la industria editorial, las artes visuales, las escénicas, la música, etc. Aún son sectores que reciben poco financiamiento en comparación a la industria audiovisual y otros países que nos aventajan por el doble o triple, pero ya hay una ruta interesante.

¿Hay algún plan complementario previsto para el 2019?
Todo está aprobado para que se continúe con estos estímulos. Hacia el 2012 los fondos para el sector se situaban alrededor de S/ 2.5 millones y que en seis años aumente a S/ 23 millones es notable.

¿El financiamiento directo es la nueva punta de lanza?
Es una estrategia, hay otros apoyos de financiamiento indirecto vía marcos normativos como beneficios tributarios. Es parte de la cadena.

¿Qué otras estrategias hay?
Fortalecer la infraestructura cultural: activar más espacios como salas de exhibición, salas de ensayo, espacios escénicos, equipar de mejor manera a los que ya existen. Otra forma es a través de la formación de recursos humanos a través de la capacitación porque se necesita constante actualización frente a nuevas formas de producción y consumo, sea en música, libros, teatro.

¿Qué otros pilares de la industria buscarán fortalecer?
(Los estímulos) van a dinamizar el sector, se verá su evolución en pocos años, pero también son importantes los marcos normativos (ver vinculada). Además queremos enfatizar para los siguientes años un trabajo menos visible, con las direcciones desconcentradas de cultura, en particular con sus responsables en industrias culturales.

¿En qué consiste esta labor?
En hacer capacitaciones, talleres, promover festivales, ver el estado de infraestructuras culturales.

¿Se ha pensado en una relación más sostenida con el privado?
OxI no es algo que se haya potenciado tanto en esta dirección. Pero el vínculo con el privado es fundamental porque la misión última del Estado no es ser una productora de eventos, a pesar de que se hace y está bien, sino también se generen condiciones para crear, producir y distribuir diversidad de bienes y servicios a más personas.

¿Desde esta dirección, habrá un mayor impulso para dinamizar los circuitos de festivales?
Si uno revisa lo que ocurre en otras ciudades donde el trabajo en cultura quizá está más avanzado en el sector público, los festivales son un ente central, que se compenetran con el desarrollo urbano.

¿Es una tarea pendiente?
Sí. En los estímulos sí hay categorías que tienen que ver directamente con la circulación de artistas en festivales, también hay una línea para la gestión de festivales, que aún es pequeña y esperamos crezca.

¿Hay una mirada más amplia?
Sí, porque para mediano plazo esperaría que se promuevan al menos los lineamientos para los festivales culturales.