Aunque suene exagerado, hacer uso excesivo de las videollamadas resulta estresante. Preocuparse porque no haya una falla de Internet en medio de una transmisión importante, que haya silencio y tranquilidad en su hogar para no pasar por un incidente bochornoso o que el tema de conversación no se extienda demasiado para cumplir con otras labores, acaban con su energía. Y después de varios meses podría sufrir el síndrome “Zoom burn out” (agotamiento por las videollamadas).