“En la cara no” se titula la novela gráfica que ha sido creada y lanzada recientemente por el escritor Óscar Malca y el ilustrador Mario Molina. La publicación tiene como escenario el Perú de los años 90, y desarrolla la relación de cuatro amigos de la secundaria que, conforme pasan los años, se ven inmersos en la vorágine de corrupción y violencia callejera que vive el país.
La novela se suma a una serie de lanzamientos de este género que han llegado a las librerías del país durante los últimos años y que dan cuenta de un nicho de mercado que puede seguir creciendo. “El estatus de la historieta ha cambiado completamente desde que hace poco más de un par de décadas fue ‘descubierta’ por los académicos y legitimada como un género narrativo, literario, digamos que ‘serio’”, sostiene, irónico, Malca.
Y es que este género, al que algunos lo acusan de “menor”, comenzó a abrirse paso en el Perú en la década del 90. “En esa época había cierto movimiento de fanzines, de medios con ciertas pretensiones, pero eran cosas embrionarias, con más entusiasmo que posibilidades reales de perdurar”, afirma Molina, humorista gráfico.
Cómics, ¿un género rentable?
Ambos autores coinciden en que ahora hay un público al cual llegar con este tipo de productos. Desde los 90, la situación ha mejorado. “Antes, para el que quería dedicarse al dibujo, la única salida era la prensa”, apunta Molina. “No había las editoriales que ahora se dedican a esto ni librerías especializadas, como Contracultura (en Miraflores), que han sido pioneras en esto”, explica.
“Los comiqueros son legión en el Perú”, dice el autor de “Ciudad de M”. Y añade que sí es un género rentable, pues cada año se realizan festivales de cómics y hay una gran concurrencia de público.
A pesar de ello, Molina señala que no se puede vivir de este tipo de novelas en el Perú. “Incluso en Europa es muy difícil. Un libro te toma por lo menos un año. Durante ese tiempo, la mayoría (de ilustradores) debe tener otro tipo de trabajos en publicidad, prensa, ilustración, diseño. Ese es el perfil de los dibujantes que se dedican a esto”.
Influencia y temática
Para el caricaturista, el público interesado en los cómics, sobre todo los jóvenes, han llegado a él gracias a la influencia del cine. “El auge de los superhéroes ha creado un público más específico, pero que también tienen curiosidad de ver otras cosas. Lo mismo con el manga”, argumenta.
“Hay géneros, subgéneros y demás: tiras cómicas, heroic-fantastic, fantasía infantil, cuentos ilustrados, etc. Cada uno con sus públicos y sus propios códigos de calidad y verosimilitud”, detalla Malca. “Algunos con públicos masivos y otros de públicos de nichos. Hay de todo”, añade.
Ambos coinciden en que los temas históricos, como el que trata “En la cara no”, tienen demanda (ver En corto). Es posible, sí, que la década del 90, por lo convulsionada, sea la que genera más interés: la megacorrupción fujimorista, la violencia del fanatismo terrorista y su contraparte militar, la inseguridad en las calles”, finaliza el escritor.
EN CORTO
Proyecto. Molina sostiene que este proyecto lo ha animado a emprender uno nuevo de corte histórico. “Veo cierto símil entre el comportamiento de la clase dirigente en estos últimos años con los previos a la Guerra con Chile. Es una clase que solo estaba interesada en sus negocios, en su burbuja”, dice.