Un estudio ha cambiado la comprensión de la domesticación de los pollos, su propagación a través de Asia hacia Occidente, y revela la forma cambiante con que fueron percibidos en los últimos 3.500 años.
Los expertos han descubierto que una asociación con el cultivo del arroz probablemente inició un proceso que ha llevado a los pollos a convertirse en uno de los animales más numerosos del mundo. También han hallado pruebas de que los pollos fueron considerados inicialmente como exóticos y sólo varios siglos después se utilizaron como fuente de “alimento”.
Cuándo fueron domesticados los pollos
Los trabajos anteriores afirman que los pollos fueron domesticados hace hasta 10.000 años en China, el sudeste asiático o la India, y que estaban presentes en Europa hace más de 7.000 años.
Sin embargo, los nuevos estudios demuestran que esto es erróneo y que el motor de la domesticación de los pollos fue la llegada del cultivo de arroz seco al sudeste asiático, donde vivía su ancestro salvaje, el ave roja de la selva. El cultivo de arroz seco actuó como un imán que atrajo a las aves salvajes de la selva desde los árboles, y dio inicio a una relación más estrecha entre las personas y las aves de la selva que dio lugar a los pollos.
Este proceso de domesticación estaba en marcha hacia el 1.500 a.C. en la península del sudeste asiático. La investigación sugiere que los pollos fueron transportados primero por Asia y luego por el Mediterráneo a lo largo de las rutas utilizadas por los primeros comerciantes marítimos griegos, etruscos y fenicios.
Cómo fueron domesticados los pollos
Durante la Edad de Hierro en Europa, los pollos eran venerados y, en general, no se consideraban un alimento. Los estudios han demostrado que varios de los pollos más antiguos están enterrados solos y sin sacrificar, y muchos también se encuentran enterrados con personas. Los machos solían ser enterrados con gallos y las hembras con gallinas. El Imperio Romano contribuyó a popularizar los pollos y los huevos como alimento. En Gran Bretaña, por ejemplo, los pollos no se consumieron con regularidad hasta el siglo III d.C., sobre todo en sitios urbanos y militares.
El equipo internacional de expertos volvió a evaluar los restos de pollos encontrados en más de 600 yacimientos de 89 países. Examinaron los esqueletos, el lugar de enterramiento y los registros históricos relativos a las sociedades y culturas donde se encontraron los huesos. Los huesos más antiguos de una gallina doméstica definida se encontraron en el neolítico de Ban Non Wat, en el centro de Tailandia, y datan de entre 1.650 y 1.250 a.C.
El equipo también utilizó la datación por radiocarbono para establecer la edad de 23 de los pollos más antiguos encontrados en el oeste de Eurasia y el noroeste de África. La mayoría de los huesos eran mucho más recientes de lo que se pensaba.
Los resultados desmienten las afirmaciones sobre la presencia de pollos en Europa antes del primer milenio a.C. e indican que no llegaron hasta alrededor del año 800 a.C. Después, tras llegar a la región mediterránea, los pollos tardaron casi 1.000 años más en establecerse en los climas más fríos de Escocia, Irlanda, Escandinavia e Islandia.
Los dos estudios, publicados en las revistas ‘Antiquity’ y ‘The Proceedings of the National Academy of Sciences USA’, fueron realizados por académicos de las universidades de Exeter, Cardiff, Oxford, Bournemouth, en Reino Unido; Toulouse, en Francia, y Múnich (Alemania), y universidades y otros institutos de Alemania, Francia y Argentina.
La profesora Naomi Sykes, de la Universidad de Exeter, comenta en un comunicado que “comer pollos es tan común que la gente cree que nunca hemos dejado de comerlos. Nuestras pruebas demuestran que nuestra relación pasada con los pollos era mucho más compleja, y que durante siglos los pollos fueron celebrados y venerados”, destaca.
Por su parte, el profesor Greger Larson, de la Universidad de Oxford, explica que “esta exhaustiva reevaluación de los pollos demuestra, en primer lugar, lo errónea que era nuestra comprensión de la época y el lugar de la domesticación de los pollos. Y lo que es aún más emocionante, mostramos cómo la llegada de la agricultura del arroz seco actuó como catalizador tanto del proceso de domesticación del pollo como de su dispersión global”.
La doctora Julia Best, de la Universidad de Cardiff, destaca que “es la primera vez que se utiliza la datación por radiocarbono a esta escala para determinar la importancia de los pollos en las sociedades primitivas. Nuestros resultados demuestran la necesidad de datar directamente los primeros especímenes propuestos, ya que esto nos permite tener la imagen más clara hasta ahora de nuestras primeras interacciones con los pollos” resalta.
Igualmente, el profesor Joris Peters, de la LMU de Múnich y de la Colección Estatal de Paleoanatomía de Baviera, apunta que “su dieta, en general muy adaptable pero esencialmente basada en los cereales, las rutas marítimas desempeñaron un papel especialmente importante en la difusión de los pollos a Asia, Oceanía, África y Europa”.
Según Ophélie Lebrasseur, del CNRS/Universidad de Toulouse Paul Sabatier y del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, apunta que “el hecho de que los pollos sean tan omnipresentes y populares hoy en día y, sin embargo, hayan sido domesticados hace relativamente poco tiempo es sorprendente. Nuestra investigación pone de manifiesto la importancia de realizar sólidas comparaciones osteológicas, de asegurar la datación estratigráfica y de situar los primeros hallazgos en su contexto cultural y ambiental más amplio”.
Finalmente, el profesor Mark Maltby, de la Universidad de Bournemouth, señala que “estos estudios muestran el valor de los museos y la importancia de los materiales arqueológicos para revelar nuestro pasado”.