Así como un texto o un ensayo necesitan de una buena introducción para atrapar al lector y lograr que concluya la lectura de principio a fin, también es necesario e indispensable redactar una buena conclusión.
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Tal como lo define la Real Academia Española (RAE), la conclusión es la “idea a la que se llega después de considerar una serie de datos o circunstancias”. Partiendo de esa definición, ¿cómo escribir una buena conclusión?
Al igual como sucede con la introducción, tampoco existe una receta única que nos diga con exactitud cómo escribir una buena conclusión, pero sí existen técnicas, herramientas y recomendaciones que nos pueden ayudar a lograr que nuestro lector concluya satisfecho la lectura del texto o ensayo que escribimos.
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¿CÓMO ESCRIBIR UNA BUENA INTRODUCCIÓN?
En línea con lo que recomienda la Universidad de Chile para escribir una buena introducción, también para escribir una conclusión la casa de estudios invita a valerse de cinco técnicas para lograr que nuestro texto sea impactante de principio a fin.
En ese sentido hace alusión a cinco herramientas puntuales:
1. Recapitulación
Sea realiza un resumen de los temas que se desarrollaron en el texto. Guarda estrecha relación la técnica de la “previsualización” (una breve sinopsis de los contenidos del texto, en el orden en el que aparecerán) que se usa para la introducción.
2. Solución
Aquí se muestra la conclusión general del texto, teniendo en cuenta su objetivo. En los textos argumentativos, por ejemplo, presenta o reafirma la tesis.
Se relaciona con la técnica del “problema” (expone la problemática que hay en torno al tema y que motiva el texto) usada en la introducción.
3. Beneficios
Bajo esa técnica se hace un breve desarrollo del aporte del texto, incluso pueden ser las conclusiones secundarias.
Guarda relación con la técnica del “punto central” (refleja el objetivo del texto y lo que este se propone realizar específicamente) que se usa para la introducción.
4. Vacíos de conocimiento
Mediante esta técnica, en la conclusión se realiza una breve exploración de temas que aún quedan pendientes, proponiendo –por ejemplo– nuevas investigaciones en otros textos.
Se relaciona con la técnica “estado de la cuestión” (exposición breve sobre el conocimiento actual sobre el tema, incluye citas a la literatura previa) de la introducción.
5. Coda
Con esta técnica se hace una vuelta o repaso al elemento usado en el preludio –que usa un elemento opcional para captar la atención del lector como una cita o un conjunto de datos muy llamativos– o la añadidura de otro relacionado con él.
OTRAS TÉCNICAS USADAS
Pero, tomando en cuenta –como aseguran en el Manual del Taller de Expresión Escrita de Estudios Generales de la USMP– que la conclusión “cierra el texto, reafirma la idea principal o tesis, sintetiza, invoca o reflexiona”, entre otros recursos que se pueden usar para redactar conclusiones destacan:
6. Conclusión síntesis
Presenta un resumen de las ideas expuestas en el texto.
7. Conclusión cita
En ella se emplea una cita para terminar el texto.
8. Conclusión interrogante
Plantea, al final del escrito las cuestiones no resueltas, los problemas abiertos, entre otros, pero mediante preguntas.
9. Conclusión analogía
Establece un parangón o comparación entre el tema tratado y una situación que ofrece similitudes con él. Se trata de una última imagen o idea que se utiliza para reforzar los asuntos ya tratados en el texto.
Pero, más allá de la técnica, recursos o los elementos que se usen para lograr una buena introducción y –por ende– una buena conclusión, es importante que nuestro escrito –como señalan en la USMP– goce de cuatro características fundamentales: 1) claridad, 2) precisión, 3) concisión y 4) originalidad.