El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique presentó este jueves en Chile el último tomo de su trilogía de "Antimemorias, Permiso para retirarme", con la que pone final a una fructífera carrera literaria.
A sus 80 años, el autor de "Un mundo para Julius", ha pedido permiso -denegado por sus numerosos seguidores, presentes en la Universidad chilena Diego Portales- para poner fin a su prolífica obra literaria "con retazos y momentos de una vida dedicada a la literatura, la amistad y el amor".
Junto con "Permiso para vivir" y "Permiso para sentir", el último tomo pone fin a sus "Antimemorias", término acuñado por el intelectual francés André Malraux en 1968 que combina realidad y ficción, pero sobre todo "el gusto por contar historias" que Bryce Echenique inició a sus 28 años con los cuentos del "Huerto cerrado".
Pese a su deterioro físico, su memoria está llena de recuerdos y anécdotas que hicieron reír a carcajadas al público congregado para escucharle y para que le firmara (con mucha dificultad) sus libros.
La próxima semana llevará su última obra, publicada por la editorial peruana Peisa, a la Feria del Libro de Buenos Aires.
La decana de la Facultad de Comunicación y Letras de la Diego Portales, Cecilia García-Huidobro, se sorprendió de que su madre le atara a la pata de la cama, aterrada por sus travesuras durante los veraneos en el balneario peruano La Punta.
"Me quería mucho pero al mismo tiempo me ataba a la pata de la cama. Ahí aprendí lo que era la contradicción", explicó el escritor que ha titulado este capítulo, "La Punta, madre".
Estrambótico pero real
También habló de su padre, "de una bondad tan paradigmática como lo era su silencio", que se enroló como marino mercante y que tras regresar 22 años después a Perú, solo rememoraba "aquellos recuerdos tan estrambóticos" en las reuniones familiares bien regadas de güisqui. Todos pensaban que era ficción, pero poco a poco fueron comprobando que lo que contaba era cierto, reconoce el autor.
Algo parecido a lo que sucede con sus obras, según García-Huidobro. "Aunque lo que cuenta en sus novelas parecen cosas inverosímiles, en sus Antimemorias se ve que es real, que son cosas que le ocurrieron", dijo en la animada charla con el escritor.
Ni la edad ni el deterioro físico parecen haber diezmado un ápice la capacidad de fabular de este enamoradizo empedernido, que tras la segunda llamada de una periodista, vieja conocida, que vino a su casa a entrevistarlo, empezó a hacer hueco en su 'closet' (armario) porque ya se imaginaba que se iba a quedar a vivir con él para siempre.
"Oiga usted señor, que ya a su alta edad debería saber que hay ciertas cosas que no se pueden ni deben hacer", le espetó su empleada después de enterarse de lo que estaba urdiendo.
En su último libro, las historias de sus amoríos ocupan una nutrida lista de nombres femeninos bajo el epígrafe "El jardín del Edén", al igual que París y en particular el Mayo del 68, tan presente en sus obras.
"Explicar por qué te gusta Bryce Echenique es tan difícil como explicar por qué te enamoras de alguien", dice el escritor chileno Arturo Fontaine, encargado de presentar al peruano, quien bebió en las fuentes del argentino Julio Cortázar.