La computación e internet cuánticos son retos de futuro en los que los científicos van avanzando. En esta ocasión, un estudio que publica Nature describe el primer teletransporte de información cuántica en red lo que supone un paso hacia la creación de ese tipo de internet.
Un equipo encabezado por la Universidad de Tecnología de Delf (Países Bajos) logró el teletransporte de información cuántica entre dos nodos no vecinos a través de un tercero.
La potencia de una futura internet cuántica se basa en la capacidad de enviar información cuántica (bits cuánticos) entre los nodos de la red, lo que permitirá aplicaciones, como compartir información confidencial de forma segura o enlazar varios ordenadores cuánticos para aumentar su capacidad de cálculo.
El teletransporte cuántico puede transferir información cuántica de un lugar a otro y tiene aplicaciones potenciales en las comunicaciones seguras, la informática cuántica y el desarrollo de la próxima generación de internet.
Las demostraciones experimentales sobre el teletransporte cuántico realizadas hasta la fecha habían sido entre dos nodos conectados.
Una buena forma de enviar información cuántica es el teletransporte, con el que el bit cuántico desaparece del lado del emisor y aparece en el del receptor. Al no necesitar viajar a través del espacio intermedio, no hay posibilidad de que se pierda.
Para poder teletransportar bits cuánticos se necesitan varios ingredientes: un enlace cuántico entrelazado entre el emisor y el receptor, un método fiable para leer los procesadores cuánticos y la capacidad de almacenar temporalmente los bits cuánticos.
Investigaciones anteriores demostraron que es posible teletransportar bits cuánticos entre nodos adyacentes, pero el nuevo estudio da un paso hacia que esta transmisión se realice a través de una red.
El estudio explica cómo teletransportaron bits cuánticos desde un nodo llamado “Charlie” a otro denominado “Alice”, con la ayuda de un nodo intermedio, “Bob”.
Para lograr el teletransporte primero hay que preparar el “teletransportador”, lo que significa que hay que crear un estado entrelazado entre Alice y Charlie, que no tienen una conexión física, pero ambos lo están directamente con Bob.
Para ello, Alice y Bob crean un estado entrelazado entre sus procesadores; este almacena su parte del estado entrelazado y crea otro con Charlie. En ese momento se realiza lo que la Universidad de Delf define, en un comunicado, como un “juego de manos” mecánico cuántico.
Al llevar a cabo una medición especial en su procesador, Bob envía el entrelazamiento, con lo que Alice y Charlie quedan entrelazados y el teletransportador está listo para ser utilizado.
El segundo paso es crear el “mensaje” -el bit cuántico- que se va a teletransportar. Puede ser, por ejemplo, un “1″ o un “0″ o varios valores cuánticos intermedios. Charlie prepara esta información cuántica.
Por último, se procede al teletransporte de la información, para lo que Charlie realiza una medición conjunta con el mensaje en su procesador cuántico y en su mitad del estado entrelazado (Alice tiene la otra mitad).
Lo que ocurre entonces “solo es posible en el mundo cuántico”, destaca el comunicado, como resultado de esta medición, la información desaparece en el lado de Charlie y aparece inmediatamente en el de Alice.