Cada día, como reloj, las listas de tareas para quienes protestan contra el gobernante autoritario de Bielorrusia aparecen en la popular app de mensajes Telegram. Explican objetivos, dan horarios y localidades de protestas con una precisión profesional y ofrecen aliento.
“Hoy será un día importante en la lucha por nuestra libertad. Cambios tectónicos están sucediendo en todos los frentes, así que es importante no aflojar el paso”, decía el martes uno de los mensajes en uno de los “canales” de Telegram. “Buenos días. Expandir la huelga... 11:00. Apoyar al (teatro) Kupala... 19:00. Congregarse en la Plaza de la Independencia”.
La app se ha vuelto una herramienta indispensable en la coordinación de las masivas protestas sin precedentes que han sacudido Bielorrusia desde el 9 de agosto, cuando las autoridades electorales anunciaron que el presidente Alexander Lukashenko había tenido una victoria abrumadora para extender su gobierno de 26 años, en una votación ampliamente considerada como manipulada.
Los manifestantes pacíficos que salieron a las calles en la capital, Minsk, y otras ciudades fueron recibidos por la policía con granadas aturdidoras, balas de goma y golpizas. La candidata de la oposición se fue a Lituania —bajo presiones, según su campaña— y las autoridades bloquearon internet, dejando a los bielorrusos casi sin acceso a las noticias independientes o a las redes sociales, y a los manifestantes al parecer sin un líder.
Es ahí donde Telegram entra al ruedo, tal como ha sido utilizada en otros movimientos de protesta: a menudo está disponible pese a las interrupciones de Internet, ofreciendo seguridad en los mensajes compartidos en la aplicación. Algunos de sus canales ayudaron a las protestas aisladas a madurar hacia una acción bien coordinada.
Las personas que administran los canales, que eran usados para noticias políticas, ahora colocan actualizaciones, videos y fotos de las protestas enviadas por sus usuarios, los puntos con fuerte presencia policial, contactos de activistas de derechos humanos y llamados a nuestras manifestaciones, algo que los líderes de la oposición se han abstenido de hacer públicamente. Decenas de miles de personas en todo el país han respondido a esos llamados.
En cuestión de días, los canales —NEXTA, NEXTA En Vivo, Bielorrusia del Cerebro y otros populares— se han vuelto el principal método para facilitar las protestas, dijo Franak Viacorka, un analista bielorruso y miembro no residente del Atlantic Council.
“La suerte de nuestro país no ha dependido nunca tanto de una pieza de tecnología”, dijo.
En los días siguientes a los comicios y el subsiguiente apagón de internet, la audiencia de NEXTA subió de varios centenares de miles a más de 2 millones. Nexta tiene más de 700,000 seguidores. Bielorrusia del Cerebro creció de casi 170,000 usuarios a finales de junio a más de 470,000 esta semana.
Su influencia en una nación de 9.5 millones de habitantes es difícil de subestimar. Las autoridades lo han notado y buscan a los responsables de los canales.
La semana pasada, funcionarios iniciaron una investigación criminal sobre NEXTA y su fundador, el bloguero Stepan Putilo, de 22 años, por cargos de fomentar disturbios masivos: un delito que conlleva hasta 15 años en prisión. El bloguero Igor Losik, que fundó Bielorrusia del Cerebro, fue arrestado antes de las elecciones, pero el canal sigue operando.
“Nos hemos convertido en el megáfono de la situación que se desarrolla en Bielorrusia en estos momentos”, dijo Putilo, que es bielorruso, pero vive en Varsovia, durante una entrevista reciente con el medio noticioso lituano Delfi. “Nos hemos vuelto la voz de esta revolución, pero sin haberlo planeado. Simplemente sucedió”.
Putilo creó NEXTA —que significa “Alguien” en bielorruso— como un canal de YouTube en el 2015, cuando tenía apenas 17 años. Su perfil aumentó el año pasado cuando su video de 30 minutos sobre el presidente “Lukashenko. Antecedentes Penales” fue visto casi 3 millones de veces. Un tribunal en Bielorrusia declaró que la película era extremista, pero sigue estando disponible en YouTube.
Putilo se mudó a Telegram en el 2018. Sus dos canales se centraron mayormente en la política bielorrusa. Su equipo recibió miles de mensajes de usuarios que enviaban fotos, videos y reportes noticiosos todos los días y publicaron los más importantes, enorgulleciéndose de compartir a menudo información de fuentes dentro del gobierno o las agencias del orden.
Luego que comenzaron las manifestaciones, los miles de mensajes se convirtieron en centenares de miles y la operación parece ahora inundada. En respuesta a un pedido de entrevista por The Associated Press, el redactor en jefe de NEXTA, Roman Protsevich, escribió: “Seguro, es posible, pero la cuestión es cuándo...”, y entonces dejó de responder. Putilo no ha respondido a pedidos de comentarios.
Cuando comenzaron las protestas, los canales NEXTA eran a menudo los primeros lugares en internet en mostrar las imágenes explícitas de la policía reprimiendo a los manifestantes. Esta semana, estaban llenos con videos de trabajadores protestando en plantas industriales.
Los periodistas en Bielorrusia han elogiado los canales por publicar las noticias, pero apuntan que la prensa tradicional ha tenido también su papel.
“Los canales en Telegram ayudaron a evadir el apagón informativo, pero tengo que decir que no fueron solamente ellos”, dijo Andrei Bastunets, jefe de la Asociación de Periodistas de Bielorrusia. “Los canales de Telegram (administrados por blogueros) jugaron un papel movilizador, organizador, mientras que la información más equilibrada podía ser encontrada en los canales en Telegram de los medios noticiosos”.
Las plataformas de redes sociales han tenido un papel importante en alzamientos recientes, incluso en la Primavera Árabe, las protestas antigubernamentales en Hong Kong y las manifestaciones por la justicia racial en Estados Unidos, pero desde el 2016, cuando Rusia fue acusada de usar Facebook y otras plataformas para tratar de manipular al electorado en Estados Unidos, muchos han visto las redes sociales a una luz más distópica, dice Hans Kundnani, académico en el centro de estudios Chatam House, con sede en Londres.
“Lo que está sucediendo ahora en Bielorrusia es un recordatorio de que realmente las redes sociales pueden ser usadas de una forma positiva desde una perspectiva democrática”, dijo Kundnani.
Los manifestantes se hacen eco de ese sentir. “Los canales de Telegram y los portales que no pertenecen a nuestro gobierno son la fuente fundamental de información hoy, pues no podemos depender de la prensa estatal”, dijo Roman Semenov, que sigue los canales NEXTA y que participó en una protesta en el centro de Minsk el miércoles. “Es la revolución de Telegram”.