La banca tradicional es uno de los sectores que más se preocupa por la constante innovación. Pero a la par, existen las fintech, emprendimientos financieros con enfoque tecnológico que suelen ofrecer productos más ágiles y que muchas veces se dirigen a un nicho desatendido.
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¿Cómo es la relación de las fintech y banca en Perú? Amparo Nalvarte, creadora de la pasarela Culqi y ahora con el neobanco B89, comienza puntualizando que hay dos tipos de fintech.
Están las que nacieron entre el 2015 y 2017 con un modelo sólido que compiten con los bancos. Y, por otro lado, están las nuevas fintech que han salido en pandemia, y que en muchos casos tienen modelos de colaboración con la banca tradicional, o nacen para darle servicios a la banca, o que solo pueden operar si es que se apoyan en ella.
“Estoy viendo más colaboración en este último año. ¿Siempre le vamos a pisar los talones? Mas bien, ellos nos van a pisar los talones, porque nosotros siempre vamos a estar adelante”, expresa Nalvarte.
Por su lado, María Laura Cuya, CEO de Innova-Funding y presidenta de la Asociación de Productos Financieros (Aprofin), difiere y cree que las fintech están jugando en otra cancha, casi otro deporte. “Jugamos en otra liga y con otro público. Como ejemplo está el factoring, que llega a 18,000 empresas. Yo no compito por ellos, sino por captar a dos millones que están en otras ciudades, yendo por el empresario que no está tan cerca de la oficina tradicional”.
Agrega que más que competencia, la fintech es complementariedad, incluso “fintegración”, que es un concepto que habla de la integración que generan y que viene de la mano de la banca. Y es básicamente porque las fintech están yendo a nichos no atendidos y eso le puede servir a la banca para validar oportunidades en el mercado, y la eficiencia de una tecnología.
Asimismo, anota que hay papers que hablan de cómo las fintech están empujando a las organizaciones más tradicionales, no solo la banca, a transformarse de afuera hacia adentro.
Actualmente hay 168 fintech en Perú y Cuya estima que lleguen a 200 a fin de año con el impulso de leyes como la de crowdfunding, que dictó la Superintendencia de Mercado de Valores (SMV) y que promueve las startups y sienta la base normativa para regular la financiación colectiva.
Diferencial
Para Nalvarte, un factor que diferencia a las fintech con la banca tradicional es el enfoque social. Para muchos emprendimientos financieros el reto es generar alto impacto, pero seguir siendo un negocio tecnológico rentable, escalable y sostenible.
Precisamente los emprendimientos con foco social es uno de los temas que Narvarte compartirá del 13 al 15 de julio como panelista en el CADE Universitario.
Cuya complementa que las fintech se basan en eficiencia tecnológica, pero quizás lo que más les preocupa es el problema del usuario, ya sea una persona o empresa. “La innovación se da cuando hay tres cosas al medio: cuando el problema tiene una oportunidad de resolverse rápido; cuando es atractivo financieramente; y cuando es factible y se puede hacer”.
Añade que si bien el factor social no es algo obligatorio en las fintech, la mayoría está trabajando con Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre ellos trabajo decente y crecimiento empresarial, igualdad de género y fin de la pobreza.