Apple y Google abrieron a ciertos desarrolladores de software con vínculos con las autoridades sanitarias de distintas partes del mundo el acceso a las bases de la tecnología de rastreo de contactos en la que están trabajando conjuntamente para hacer frente a la pandemia del Covid-19.
Las empresas informaron en un comunicado que el objetivo de esta apertura a los desarrolladores es doble: por un lado, permitirles empezar a probar la interfaz de programación de aplicaciones (API) antes de su lanzamiento oficial a mediados de mayo y, por otro, obtener comentarios y valoraciones que les permitan mejorar el producto.
Las dos firmas sorprendieron a principios de abril con una alianza sin precedentes en un entorno de gran competencia en la industria tecnológica al revelar que estaban trabajando conjuntamente en un proyecto para usar datos de movilidad de las personas en la lucha contra la pandemia del Covid-19.
La idea es aprovechar la ubicuidad de los sistemas operativos para móviles de Apple con iOS y Google con Android para recabar y poner a disposición de las autoridades sanitarias en todo el mundo datos de movilidad y de contactos entre individuos que permitan hacer un mejor seguimiento y predicciones de las infecciones del Covid-19.
Se trata de un planteamiento que ya se ha llevado a cabo en países asiáticos como China y Corea del Sur y que plantea serias dudas acerca de la privacidad de la información de los usuarios, algo que Apple y Google dicen haber sido capaces de mitigar mediante el uso de Bluetooth (una tecnología menos invasiva que, por ejemplo, la geolocalización) y el carácter “voluntario” de los programas.
La alianza entre los propietarios de los dos sistemas operativos para móviles más presentes en el mundo tendrá dos patas: por un lado, ambas compañías sacarán en mayo una API compatible tanto con Android como con iOS.
Las API son el marco dentro del que operan los sistemas informáticos, e históricamente las de Android e iOS han sido incompatibles entre ellas, lo que, de facto, dificultaba mucho e incluso llegaba a impedir en algunos casos la correcta comunicación entre ambos sistemas.
La nueva API que saldrá en mayo, sin embargo, permitirá una comunicación fluida entre Android e iOS con la idea de que las aplicaciones oficiales que creen las distintas autoridades sanitarias puedan descargarse tanto en iOS como en Android y la información que recaben pueda ser agregada sin importar cuál es el lenguaje informático de cada aparato.
Por otro lado, Apple y Google crearán “en los próximos meses” una plataforma que permita el seguimiento de las interacciones entre individuos mediante el uso de tecnología Bluetooth -presente en la gran mayoría de teléfonos móviles- y que debería constituir una solución más “robusta” que la conseguida con la API.
Así, por ejemplo, si una persona entra en contacto con otra que ha dado positivo o que después de la interacción da positivo por coronavirus, podrá recibir un aviso en su teléfono y someterse a una cuarentena para determinar si se produjo infección.