La Agencia Espacial Europea (ESA) ha firmado un contrato con Airbus para la construcción de la misión de exploración de exoplanetas Ariel (Atmospheric Remote-sensing Infrared Exoplanet Large-survey).
Ariel, cuyo lanzamiento está previsto para el 2029 en un cohete Ariane 6, estudiará la composición de los exoplanetas, cómo se formaron y cómo evolucionan, inspeccionando una muestra diversa de unos 1,000 planetas extrasolares en longitudes de onda visibles e infrarrojas.
Es la primera misión dedicada a medir con precisión la composición química y las estructuras térmicas de los exoplanetas en tránsito; el contrato está valorado en unos 200 millones de euros (US$ 225 millones), informa la compañía.
Es la tercera de un trío de misiones dedicadas a los exoplanetas concebidas por la ESA; Ariel seguirá a Cheops, que se lanzó en el 2019, y a Plato, cuyo despegue está previsto para el 2026.
“Airbus cuenta con una amplia experiencia en la dirección de misiones científicas pioneras, como Juice, Gaia, Solar Orbiter, LISA Pathfinder y Cheops, en las que nos basamos para la última misión científica de la ESA, Ariel”, señala Jean-Marc Nasr, responsable de Airbus Space Systems.
Airbus liderará el consorcio industrial europeo con más de 60 contratos para la construcción del satélite y aportará su experiencia y apoyo a la ESA para el desarrollo del módulo de carga útil.
“Con este hito de la misión Ariel celebramos la continuación de la excelente relación con nuestros socios industriales para mantener a Europa en la vanguardia de la excelencia en el campo de la investigación de exoplanetas hasta bien entrada la próxima década y más allá”, indica Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA.
Se han identificado más de 5,000 exoplanetas desde la primera observación en 1995, pero se sabe poco sobre la composición química de sus atmósferas.
Las misiones científicas espaciales existentes están proporcionando resultados (como Cheops), pero Ariel será la primera misión dedicada al estudio de las atmósferas de un gran número de estos exoplanetas, incluyendo la determinación de los principales componentes atmosféricos y la caracterización de las nubes.
Las observaciones de estos mundos permitirán conocer las primeras etapas de la formación planetaria y atmosférica, así como su posterior evolución, contribuyendo a su vez a la comprensión del Sistema Solar.
“Podrían ayudarnos a averiguar si hay vida en otros lugares de nuestro universo y si existe otro planeta como la Tierra”, señalan en sendas notas de prensa la ESA y Airbus.
Gracias a su diseño térmico y mecánico muy estable, la nave podrá realizar observaciones a largo plazo del mismo sistema planeta/estrella durante una duración de entre 10 horas hasta tres días.
Su misión durará cuatro años, con una posible prórroga de al menos otros dos años.