Al cierre del 2023, la industria minera registró 225.674 puestos de trabajo, su segundo mayor hito histórico, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem). Esta cifra refleja que la minería continúa siendo un pilar fundamental en la economía del país y que demanda profesionales especializados. Para obtener estos trabajadores de acuerdo a sus necesidades y brindar educación a las comunidades aledañas, las compañías mineras trabajan con CETEMIN, quien desarrolla programas que contribuyen al crecimiento de las empresas de sus trabajadores y comunidades campesinas en sus áreas de influencia. Para contarnos más sobre este trabajo, conversamos con Raphael Delgado, Gerente General de CETEMIN.
- Además de carreras técnicas, únicas por ser de 11 meses y con internado, su programa para empresas es un pilar fundamental. ¿Cómo trabajan con ellas para crear capacitaciones de acuerdo a sus necesidades?
Tenemos dos importantes líneas de acción: las capacitaciones y certificaciones y las carreras técnicas. En la primera, analizamos junto a la industria qué es lo que necesitan, que por lo general es formar mano de obra local para desarrollar empleo formal en zonas aledañas a sus proyectos. También suelen solicitarnos programas de crecimiento profesional para sus trabajadores, buscando que se actualicen, mejoren la optimización de recursos, generen más valor, tengan prácticas más seguras, entre otros beneficios. Entonces, diseñamos cursos a medida para los perfiles laborales y específicamente para cerrar las brechas que han identificado o incluso los ayudamos a definir estas brechas con pruebas de diagnóstico.
Por ejemplo, si las empresas nos dicen que sus trabajadores solo cuentan con los domingos y quieren fortalecer el mantenimiento de maquinaria pesada, buscamos desarrollar un plan de capacitación que se adapte a esto. Nos comprometemos mucho con la industria para darle lo que busca y en CETEMIN hacemos que las cosas sucedan.
- También cuentan que a partir de la educación fortalecen la relación entre la empresa y sus trabajadores. ¿Cómo lo hacen?
Cuando ves el cuestionario de Great Place to Work, gran parte de lo que reclama el colaborador es la formación continua, el crecimiento profesional. Entonces, la mejor forma de mejorar la relación entre la industria y su colaborador es la capacitación.
Nosotros hacemos entender al colaborador que este esfuerzo es dual: primero, para que sea un mejor profesional; segundo, para que el conocimiento adquirido, más su experiencia, sirva para que su empresa crezca, que también le permitirá crecer a él.
Luego de una certificación, las empresas aumentan sus ratios de retención y los egresados acceden a mejores remuneraciones.
- Uno de sus programas para empresas es Formación Local, en el cual educan a jóvenes de las comunidades aledañas a proyectos mineros. ¿Por qué es importante para ustedes trabajar en esto?
Formación Local nace desde el día uno: nuestra primera promoción fueron 16 estudiantes de una comunidad que la empresa necesitaba capacitarlos para su proyecto. Nosotros nacimos para generar el involucramiento de la sociedad en la industria mediante la educación.
Hoy contamos con programas cortos como auxiliar de mina, ayudante de perforista, entre otros de dos meses en promedio donde estudiantes sin secundaria completa logran ser parte de la fuerza laboral. Con los meses, siguen programas de seguimiento y entrenamiento que los certifican en su rol.
Creemos que con lo que sabemos hacer podemos solucionar muchos problemas para ayudar a viabilizar proyectos mineros e industriales, y que la educación es el camino para hacer sostenible la relación entre la minería y la sociedad, para hacer un país mejor.
- ¿Cómo lo logran y cómo es el trabajo con las empresas?
Somos conocedores de los conflictos sociales que existen y lo difícil que puede ser desarrollar cualquier tipo de actividad que pueda cuestionar una comunidad. Vemos la realidad de la zona, entendemos las necesidades y preocupaciones y llevamos este mensaje a la industria. Nos involucramos desde la etapa de comunicar a la comunidad los beneficios educativos, laborales y de desarrollo. Luego, junto a las empresas, buscamos la solución mediante la educación.
Los cursos cortos, certificados y desarrollados en comunidades, han sido defendidos en varias ocasiones por los propios estudiantes y han agilizado la construcción de proyectos, porque saben que si el proyecto se desarrolla, tienen una oportunidad laboral al ser egresados del programa que la propia industria necesita. Es un trabajo planificado entre construcción, producción y recursos humanos.
- ¿De qué trata su metodología y qué los diferencia?
Cada curso logra competencias que están definidas según un perfil laboral. De la mano, siempre transmitimos nuestra pasión por la educación y eso nos distingue. Aquí es donde entran nuestros tres pilares de nuestra metodología por competencias: saber, saber hacer y saber ser. Yo te doy conocimiento, te doy la práctica y, con grupos de trabajo integrados por psicólogos, desarrollamos habilidades blandas. Además, tenemos como valor de que primero son las personas, por eso el trabajo seguro es una actividad no negociable.
- También trabajan con mujeres para brindarles más oportunidades en la industria minera.
Nuestro programa Talento Mujer, premiado por el Ministerio de Trabajo, ha capacitado a más de 250 mujeres desde el año 2020, cuando se realizó el proyecto con 20 empresas que becaron sus estudios. Hace poco tuve una reunión con otra empresa que me pidió apoyo para contratar a 40 mujeres para que operen camiones con materiales peligrosos y explosivos. La acogida de la industria siempre ha sido buena y, en la actualidad, que más empresas cuenten con mujeres en sus procesos es una ventaja. Lo que hace falta es trabajar más como sociedad, para que más mujeres y familias peruanas vean esto como una oportunidad.
- ¿Cuál es el estado de CETEMIN al 2024 y qué planes tienen para el futuro?
Tenemos dos años trabajando con procesos que garantizan la calidad de nuestro servicio y gracias a eso hemos logrado la certificación del ISO 21001, orientado única y exclusivamente para gestión educativa de calidad. Según Bureau Veritas, nuestro evaluador, somos el primer instituto en Sudamérica que ha logrado esta certificación en todas sus carreras, en todas sus sedes, en todos sus procesos. Ahora queremos lograr la Huella de Carbono afirmando así nuestro compromiso con el cuidado del medio ambiente. Paralelamente, estamos desarrollando un laboratorio de energías renovables donde compartiremos con nuestros estudiantes diferentes formas de generación de energía renovable.
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