¿Y qué le dirías a alguien que siente que no está preparado para un nuevo reto? Dale locura a tu cordura. Sí. Le diría eso. Dale locura a tu cordura.
Un amigo me escribió al Instagram para contarme que le habían propuesto formalmente un puesto de mayor responsabilidad en la compañía donde trabaja y que su respuesta había sido que no , porque no estaba preparado para el reto.
Me preguntó si había sido una mala respuesta, sobre todo porque si la persona que hubiera sido su jefe consideraba que estaba preparado, ¿por qué él sentía que no lo estaba? Ignacio, me dijo, ¿alguna vez se está completamente preparado para un nuevo reto?
Quiero confesarles que nada me hace más feliz que cuando seguidores del podcast me contactan para consultarme situaciones reales que están viviendo y me regalan el privilegio de intentar ayudarles.
La verdad es que nunca se está preparado para un nuevo reto. Nunca. Pero también es verdad que nunca se selecciona a una persona sólo por lo que sabe hacer sino, y, sobre todo, por la capacidad que tiene de aprender lo que no sabe.
Un antiguo jefe en Barcelona me enseñó que la relación de una persona con cualquier puesto tiene tres momentos.
El primero, cuando recién llegas, donde el Puesto es más grande que la Persona. Es decir, el puesto me gana. Y tengo que esforzarme mucho.
El segundo, cuando ya ha pasado un tiempo, es aquel en el que el Puesto y la Persona empatan. Es decir, ya nos miramos de igual a igual. Unas veces estoy por encima del puesto y en algunas otras aun necesito de mayor esfuerzo.
Y el tercer momento es cuando la Persona es más grande que el Puesto. Es decir, le gano siempre. Y ese es el momento perfecto para cambiar de puesto a algún nuevo reto.
Es como en cualquier deporte de competencia. En el tenis se nota mucho. Cuando empiezas a jugar con un amigo que te gana siempre te obliga a esforzarte y a aprender más. Luego de un tiempo, unas veces gana él y otras ganas tu. Y si sigues mejorando, luego de un tiempo siempre ganas tu. En ese momento tu juego ya no progresa igual. Necesitas buscar otro rival que te gane, para que te haga crecer.
Los ciclos no se acaban cuando tu ya no le aportas a un puesto. Los ciclos se acaban cuando el puesto ya no te aporta a ti.
Por eso, frente a un nuevo reto, dí que sí y dale locura a tu cordura.