¿Y qué le dirías a alguien que se siente descontento con lo logrado? Nadie tiene lo que quiere. Sí, le diría eso, nadie tiene lo que quiere.
Cuando era niño mi abuelo decía lo mismo usando la frase “la fruta del huerto vecino siempre sabe mejor”.
Algunas veces sentimos que la casa del compañero parece mejor que la nuestra. La moto del amigo es más potente. El trabajo del primo es más interesante. Las vacaciones del vecino se ven más divertidas. Tendemos a comparar y a filtrar de tal manera que sentimos que no tenemos lo que queremos
¿nuestra percepción es objetiva o el prisma que ponemos al valorar las cosas es adverso a nosotros mismos? ¿Solemos ser más dramas de lo que realmente corresponde a nuestra suerte? ¿en lugar de disfrutar de lo que tenemos nos autoflagelamos y nos sentimos descontentos?
Muchas veces, entre los hechos externos y los efectos emocionales que nos causan, solemos incorporar pensamientos negativos que generan emociones negativas, según explica el psicólogo Santandreu. Son esas emociones negativas las que nos hacen sentir que nadie tiene lo que quiere. Pero, si modificamos los pensamientos negativos por pensamientos positivos, incluso cuando el hecho externo sea real, podemos disfrutar la situación.
Hace unos días con Malé, mis hijos y Fran, una amiga de la familia, nos sentamos en una terraza a tomar algo. La camarera se acercó a ver qué deseábamos. Malé pidió una clara con limón. Esa exquisita mezcla de cerveza con gaseosa de limón que se disfruta tanto en el verano mediterráneo. No tenían cerveza de sifón. Malé aceptó la embotellada. Fran pidió una Corona, y con una sonrisa la camarera nos dijo que sólo tenía Sol. Fran también aceptó. Yo quería un tinto de verano, pero tampoco tenían y me ofreció un Vermuth que también acepté ya sonriendo por lo curioso de la situación. Sergio pidió un Nestea.
Sólo había Lipton. La situación ya era muy graciosa. Finalmente, Gonza pidió una Cocacola y la camarera indicó que sólo había Pepsi. En ese momento todos echamos a reír, incluso la camarera que nos dijo que nunca le había sucedido algo así.
Gonza dijo “es increíble, nadie tiene lo que quiere, y aquí seguimos”. Podíamos habernos disgustado y amargado la tarde. Pero no. Nos reímos del momento y será una anécdota para recordar. La actitud con la que recibes lo que la vida te da inclina la balanza a la felicidad o a la amargura. Ser feliz es una decisión.
Que los pensamientos negativos no jueguen en contra de tu felicidad porque lo que importa es la emoción con la que recibes la suerte que tienes. No olvides que tu decides cómo tomas las cosas, aunque nadie tiene lo que quiere.