¿Y qué le dirías a alguien cuando su equipo está agotado? Escuchar y luego acompañar. Sí. Le diría eso. Escuchar y luego acompañar.
Existen tres clases de agotamiento. La primera es el agotamiento físico que se resuelve durmiendo. La segunda es el agotamiento mental, que también se resuelve durmiendo. La tercera es el agotamiento emocional, que no te deja dormir.
Es este último el verdadero problema porque multiplica los efectos de los dos primeros y es el más difícil de identificar.
Hay síntomas evidentes cuando estás física o mentalmente cansado. Bostezas, se te cierran los ojos, te cuesta entender lo que lees a la primera, o te pierdes en el hilo de una conversación. Pero, ¿cómo identificar cuando el cansancio es emocional?
El cansancio emocional es aquél que surge del sentimiento de no ser aceptado o valorado de manera suficiente, que te crea inseguridad y angustia. Hay frases que lo identifican rápidamente, como “estoy cansado de mi jefe”, “estoy harto de mi trabajo”, “ya no los aguanto”, etc. No es cansancio físico ni mental. No. Es ese cansancio que no te deja dormir porque te preguntas si tu jefe realmente te valora, te preguntas si mejor cambiar de trabajo o si estarán buscando que renuncies antes de despedirte.
He visto expertos generando cansancio emocional hasta conseguir que la persona renuncie. Lo hacen mediante detalles que pasan desapercibidos para casi todos menos para aquel a quien va dirigido. Detalles como no felicitarte cuando el buen resultado es evidente. Detalles como mencionar los nombres de diferentes personas que lograron un éxito junto contigo y sutilmente no mencionar tu nombre. Detalles como no convocarte a la reunión en la que por función deberías estar. Incluso la mayor o menor efusividad al saludar.
También hay despistados que producen cansancio emocional sin intención.
Sea con intención o sin ella el cansancio emocional aparece trayendo luego agotamiento. El, cansancio emocional crece como un globo que se infla hasta que uno revienta. Revienta en una reacción agresiva, en una renuncia, o en una crisis de estrés. Pero revienta. Tal como un globo que revienta ya no se puede componer.
Dormir descansa física y mentalmente. Hablar sobre lo que sientes descansa emocionalmente. Hablar desinfla el globo y evita que reviente.
Como lider tu rol es crear el espacio para que la persona cansada hable. Desinfle el globo del cansancio emocional al compartir contigo sus emociones. Escuchando identificarás las situaciones que han ido generando ese cansancio. Y a partir de ahí puedes acompañar para mitigar esas situaciones. Si se siente poco felicitada, felicitarás más. Si se siente poco apreciada, tendrás más gestos de aprecio. Y así.
El agotamiento siempre tiene detrás cansancio emocional. Por eso, escuchar y luego acompañar.