¿Y qué le dirías a alguien que siente que no tiene suficiente dinero? Tener dinero es de pobres. Sí, le diría eso. Tener dinero es de pobres.
El dinero es importante. Claro que lo es. Con él pagamos nuestros gastos y nos permite vivir. Que no haya ninguna duda sobre la importancia del dinero en el día a día. Y hay que trabajar para ganarlo.
¿Pero cuánto es suficiente?, ¿en qué momento el dinero pasa de atender nuestras necesidades a convertirnos en pobres por tener dinero?
Soy de familia numerosa. Seis hermanos, de los cuales cinco hombres. Pueden imaginar lo que en una casa pueden hacer media docena de niños. Siempre rompíamos algo. Pero mi padre, lejos de enfadarse, decía una y otra vez que las cosas están al servicio de las personas y no las personas al servicio de las cosas. Probablemente esa es la mejor mirada que debemos tener hacia el dinero. El dinero debe estar a nuestro servicio y no nosotros al servicio del dinero.
La frontera de cuánto es suficiente se determina cuando empezamos a estar al servicio de tener más. Un ejemplo claro es el tamaño de armario o closet que necesitamos. Si cada vez necesitas uno más grande es porque has empezado a servir a las cosas y no las cosas a servirte. Lo mismo pasa con el tamaño de casa que tenemos, el número de pares de zapatos, el número de bicicletas, autos o lo que fuera.
Notas que te has pasado con algo cuando no sabes cómo acomodarlo. Todos caemos en el problema de pasarnos con algo. Algunos acumulan libros. Otros acumulan ropa. Yo, por ejemplo, acumulo zapatos y cinturones.
Ser rico no es tener más dinero sino tener el suficiente para poder disfrutar otras cosas más valiosas como tiempo con la familia, amigos que te quieren, un café, pasear, la puesta de sol, en fin, para vivir. Dedicarnos a tener dinero nos quita espacio para vivir. Por eso, en el viaje de la vida es mejor viajar ligeros.
Esta mañana salí a desayunar al café que tengo cerca de casa, en la esquina de calle Francia con calle París. Como cada mañana se acercó Marta para preguntarme qué iba a tomar. Pude ver que todos los que llegaban saludaban a Marta con cariño y ella devolvía sonrisas y comentarios graciosos. Marta es camarera, y tiene el dinero que puede ganar con su trabajo. Pero tiene más riqueza que muchos que conozco. Porque es feliz en cada minuto de su día. No le falta nada. Tampoco le sobra.
La verdadera riqueza está en acumular momentos de cariño por hacer buenas cosas por otros. Por ser siempre generosos. Sólo tener dinero, es de pobres.