La Unesco otorgó un reconocimiento a las Amunas de la microcuenca de Carhuayumac, designándolas como el primer sitio demostrativo de ecohidrología en Perú. Este sistema ancestral ubicado en la comunidad de San Pedro de Casta, Huarochirí, es un faro de esperanza en la seguridad hídrica de Lima.
Las Amunas de la microcuenca de Carhuayumac reúne un conjunto de intervenciones clave de conservación y gestión sostenible del agua, liderado por Fondo de Agua para Lima y Callao (Aquafondo), de la mano de la Comunidad Campesina de San Pedro de Casta, y los aportes técnicos-económicos de diferentes instituciones privadas. Así ha logrado no solo recuperar un método ancestral de gestión del agua sino también demostrar cómo las prácticas sostenibles pueden aportar en el desarrollo comunitario.
“Los antiguos peruanos sabían cómo conservar el agua para épocas secas. Hoy, a través de un modelo ejemplar en el que nos unimos sector público y privado, sociedad civil y comunidades locales, revaloramos esos saberes para contribuir a la seguridad hídrica de la parte alta y baja de la cuenca del río Rímac”, destaca Dorothea Kallenberger, directora del área Ambiente y Clima de la GIZ-Perú.
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Las Amunas de la microcuenca de Carhuayumac destaca como un ejemplo vital de cómo las soluciones basadas en la naturaleza pueden ofrecer resultados concretos a algunos de los desafíos ambientales más apremiantes de nuestro tiempo, tales como la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad. La Unesco al reconocer a las Amunas de la microcuenca de Carhuayumac, subraya la importancia de estas prácticas ancestrales en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Vale recalcar que alrededor de 1.5 millones de habitantes en Lima Metropolitana no tienen acceso a agua potable. En el caso de los ciudadanos que sí cuentan con este recurso, solo pueden hacer uso de 125 m³ de agua al año, ocho veces por debajo de la línea de escasez determinada por la OMS. Estadísticas que resultan sumamente alarmantes, pues se sabe que la calidad del agua es fundamental para preservar la salud poblacional y el bienestar del ecosistema.
A través de la rehabilitación de 27 km de amunas, el esfuerzo conjunto de la comunidad, el apoyo de la inversión privada y la cooperación internacional se ha logrado una contribución significativa para la seguridad hídrica de Lima Metropolitana y Callao, beneficiando a más de 119,000 habitantes.
Por su parte, Mariella Sánchez, directora ejecutiva de Aquafondo, resalta lo motivados que se encuentran por este reconocimiento, “ya que somos la institución que ha trabajado incansablemente en este sitio demostrativo, con la misión de realizar intervenciones clave que permitan conservar y gestionar sosteniblemente el agua”.
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