Este martes 16 de julio se cumplen 32 años del atentado en la calle Tarata en el distrito de Miraflores. En 1992, Sendero Luminoso estalló un coche bomba causando la muerte de 25 personas y dejando más de 155 heridos.
La organización terrorista detonó un vehículo cargado de 400 kilos de dinamita con anfo (nitrato de amonio con petróleo) en la calle Tarata afectando un radio de 400 metros a la redonda. Además de pérdidas humanas, la detonación destruyó casas, departamentos, establecimientos comerciales y automóviles, valorizados en más de US$ 3 millones.
Los fallecidos tenían entre 2 y 78 años de edad. El grueso de las víctimas pertenecía al grupo de edad de entre los 21 y 45 años.
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De acuerdo al informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional, del total de víctimas mortales, tres mujeres y dos varones no fueron reconocidos.
Entre las víctimas se encuentra Vanesa Quiroga Carvajal, quien a los 12 años acompañaba a su madre, una vendedora ambulante, y perdió la pierna a causa de la explosión. Luego, se convirtió en símbolo de la marcha promovida por Alberto Andrade Carmona, alcalde de Lima en ese entonces.
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La Municipalidad de Miraflores conmemoró esta fecha develando una placa en memoria a las víctimas de este atentado terrorista citando una frase del Papa Juan Pablo II en Ayacucho.
No obstante, el alcalde Carlos Canales ha sido criticado por colocar su nombre en la lámina.