Perú se ha sumido en una de las peores crisis políticas de su historia y la protección de su selva tropical amazónica está fracasando, según un informe publicado el jueves.
El país sudamericano alberga la segunda porción más grande de la Amazonía, sólo detrás de Brasil. El gobierno peruano se había comprometido a detener la deforestación para el 2021.
Perú se encuentra inmerso en una turbulencia política desde el 2016. Escándalos de corrupción y disputas entre el poder ejecutivo y el legislativo han derivado en una intensa rotación de presidentes: Cuatro de ellos en cinco años. El mandatario actual, el izquierdista Pedro Castillo, ya sobrevivió a dos intentos de juicio político desde que asumió el cargo en julio del 2021.
La Amazonía peruana es inmensa, más grande que Ucrania, con cerca de 68 millones de hectáreas (168 millones de acres). Alberga el nacimiento del río Amazonas y el Parque Nacional Manú, una de las áreas de mayor diversidad biológica del mundo. Es una zona de transición entre la cordillera de los Andes y las zonas bajas de la selva, ricas en microclimas y ecología.
Pero el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP por sus iniciales en inglés), una iniciativa de la organización sin fines de lucro Amazon Conservation Association, reporta que la deforestación en la Amazonía peruana ha alcanzado seis máximos históricos en los últimos 10 años. El análisis se basa en datos de la Universidad de Maryland, que lleva registros desde el 2002.
El peor año registrado fue el 2020, cuando Perú perdió unas 170,000 hectáreas (420,000 acres) de selva amazónica. La cifra se redujo el año pasado, pero siguió siendo la sexta más alta de la que se tenga registro. Datos oficiales de Perú, que sólo llegan hasta el 2020, coinciden.
Autoridades corruptas que se benefician de los delitos ambientales, junto con la crisis política, han derivado en una falta de capacidad gubernamental para combatir este tipo de crímenes, señala el texto. “Adicionalmente, el gobierno peruano sigue dándole prioridad al desarrollo económico sobre la protección de la selva amazónica”, agrega. El Instituto Igarapé encargó el informe a InSight Crime, una organización sin fines de lucro que se enfoca en investigar la delincuencia en Latinoamérica.
Al igual que en la Amazonía brasileña, la actividad ganadera y la agrícola son las principales impulsoras de la deforestación. Las compañías agroindustriales y los migrantes pobres de otras partes del Perú ocupan tierras de forma ilegal. Otras actividades ilícitas que perjudican la selva son la minería de oro, la tala y los plantíos de coca.
“La agricultura ya se encuentra firmemente establecida” y es el factor principal de la deforestación, concentrándose en la parte centro y sur de la Amazonía peruana, dijo el director de MAAP, Matt Finer. “Esto incluye la agricultura generalizada a pequeña escala y las actividades recientes a gran escala de las nuevas colonias menonitas”.
El informe, titulado “Las Raíces del Crimen Ambiental en la Amazonía Peruana”, identifica tres actores causantes de la deforestación: Las grandes empresas, tales como las compañías de aceite de palma; las redes delictivas empresariales, que lucran con el comercio de madera, tierras o drogas; y la mano de obra barata, trabajadores mal pagados que derriban árboles y plantan coca.
Los productos de estas actividades ilícitas van a parar a otras partes del mundo. La mayoría de las exportaciones de oro van a Suiza, Estados Unidos, India y Canadá. El mercado local peruano se queda con la mayoría de la madera, y lo que se exporta va principalmente a China. Aproximadamente el 28% de la producción de oro peruano es ilegal, según la investigación de Insight Crime, que también estima que la mayor parte de la extracción maderera se lleva a cabo sin permisos.
En el marco de un encuentro sobre cambio climático en Río de Janeiro organizado por el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales, Manuel Pulgar-Vidal, exministro del Ambiente de Perú, dijo en una entrevista con The Associated Press que la crisis política peruana ha provocado que muchos se distraigan de los problemas ambientales, y señaló que la pandemia y la guerra en Ucrania han magnificado esos problemas.
El gobierno actual también promueve actividades como la minería ilegal y la tala ilegal, denunció. El exministro relacionó esto con las muertes de numerosos activistas ambientales, por las cuales no ha sido enjuiciado nadie.
El Ministerio del Ambiente de Perú no respondió el lunes a llamadas ni a correos electrónicos solicitándole comentarios sobre la situación actual de la Amazonía.
Esta es la selva tropical más grande del mundo y un enorme captador de carbono. Existe una extendida preocupación de que su destrucción no sólo libere inmensas cantidades de carbono a la atmósfera, lo que opacaría aún más las esperanzas de desacelerar el cambio climático, sino que también llevaría a este más allá del punto de inflexión, después del cual gran parte de la selva entraría en un proceso irreversible de degradación a sabana tropical.