La agencia calificadora de riesgo crediticio Standard & Poor’s (S&P) revisó la perspectiva de la calificación de la deuda de Perú de largo plazo a negativa desde estable y afirmó la calificación crediticia en moneda extranjera de BBB+.
Explicó que la perspectiva negativa refleja la posibilidad de al menos una en tres de una rebaja en los próximos seis a 24 meses si los desafíos políticos, en medio de las tensiones entre el Ejecutivo peruano y el Congreso, contribuyen a un desempeño económico deficiente que empeora el perfil financiero del soberano.
La fragmentación política tras las recientes elecciones ha aumentado el riesgo de incertidumbre política y ha pesado sobre la confianza de los inversores, indicó.
“La nueva administración de Pedro Castillo ha manifestado su deseo de una amplia continuidad en la política macroeconómica, sin embargo, un entorno político fragmentado y un legado social difícil de la pandemia podrían dañar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de Perú y empeorar sus métricas de deuda”, advirtió.
Escenario a la baja
S&P advirtió que podría bajar las calificaciones de Perú durante los próximos dos años si una incertidumbre política prolongada, o posibles desarrollos externos adversos, erosiona la confianza de los inversionistas y limita las perspectivas de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) a mediano plazo.
Eso, a su vez, podría empeorar las métricas fiscales y de deuda del soberano, lo que resultaría en una calificación crediticia más baja.
Escenario al alza
Sin embargo, podría revisar la perspectiva a estable durante los próximos dos años si una formulación de políticas estable y predecible y una gestión económica eficaz mantienen la confianza de los inversores y las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de Perú, ayudando a estabilizar la erosión de las finanzas públicas y la carga de la deuda soberana.
Razón fundamental
Explicó que sus calificaciones crediticias soberanas de Perú reflejan sus limitados desequilibrios fiscales y externos y una carga de deuda baja, aunque en aumento, que le ayudó a manejar el impacto de la pandemia y la reciente recesión.
“Sopesamos estas fortalezas con un PBI per cápita de Perú más bajo que el de muchos países más desarrollados que son sus pares en calificación”, manifestó.
Indicó que después de una década de ganancias en el ingreso per cápita, los indicadores socioeconómicos de Perú habían mejorado hasta la reciente recesión, pero la pandemia puso de relieve los desafíos económicos y sociales del país.
Las calificaciones también reflejan una evaluación institucional que se basa en una amplia continuidad de la política económica entre las administraciones durante las últimas dos décadas.
También señaló que la mejora del crecimiento económico del país dependerá en gran medida de señales de política consistentes y una ejecución sólida de la nueva administración de Castillo. “Asumimos una amplia continuidad en las políticas macroeconómicas que sustentan el crecimiento del PBI”, agregó.