El caso “Richard Swing” que hoy pone en riesgo al Gobierno peruano nace de una denuncia periodística realizada en mayo pasado sobre los contratos que el Ministerio de Cultura hizo a Richard Cisneros, desconocido cantante que habría sido cercano a Martín Vizcarra en la campaña presidencial del 2016.
Según esta denuncia, Cisneros, cuyo nombre artístico es “Richard Swing” contrató en los últimos tres años nueve veces con el Ministerio de Cultura para actividades ajenas a su experiencia y formación, como charlas motivacionales y de liderazgo, por un monto total de S/ 175,000 (unos US$ 50,000).
Incluso, y lo más llamativo, es que dos de estos contratos se dieron en abril del 2020, ya en plena crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19.
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Por ello, la Comisión de Fiscalización del Congreso llamó a declarar a “Swing”, en junio pasado, quien negó en la Cámara tener alguna relación de amistad con el presidente, y que su vínculo se habría dado sobre todo en época electoral, cuando Vizcarra postulaba en la plancha presidencial del exmandatario Pedro Pablo Kuczynski.
“Se ha dicho tanto de mí. Aquí estoy, dando la cara. Soy el doctor honoris causa Richard Cisneros Carballido y hoy van a saber de mí”, anunció el cantante con su polémico estilo ante el presidente de la comisión de Fiscalización, Edgar Alarcón.
Allí también negó tener algún tipo de relación con el presidente Vizcarra, y que después de la campaña, “lamentablemente” no tuvo ninguna comunicación con él.
Vizcarra, por su parte, admitió en una conferencia de prensa previa al interrogatorio que conoció a Cisneros en la campaña electoral, pero negó categóricamente haber tenido mayor contacto con él; no obstante, el presidente se negó a acudir al Congreso cuando se le pidió acudir también ante la comisión de fiscalización.
Contratos anulados
Los contratos que el cantante tenía con el Estado fueron anulados tras la denuncia, que quedó bajo investigación de la Fiscalía, lo que supuso también la renuncia de la entonces ministra de Cultura Sonia Guillén.
Horas antes de su renuncia, Guillén declaró ante la comisión de Fiscalización que si hubiera dependido de ella hacer una evaluación del trabajo de Cisneros “no lo contrataría”, entre otras cosas porque era una persona que firmaba como “doctor honoris causa”, porque sabía que “ese grado no existe y constituía un hecho irregular”
Regreso al ojo público
Este jueves, y solo un día después de que el mandatario señalara en conferencia de prensa que respondería por escrito las preguntas sobre el caso “Swing” que le haga llegar el Congreso, aún “sin tener la obligación”, pero “en ánimos de la transparencia”, salieron a la luz tres grabaciones relacionadas al caso.
En dos de ellas se escucha presuntamente la voz de Vizcarra trazando, con sus asesores, una forma de ocultar ante el Congreso el hecho de que el cantante sí se habría reunido en varias ocasiones con el presidente o con sus asesores cercanos.
Las grabaciones fueron divulgadas en el Congreso por el parlamentario Edgar Alarcón, enemigo público de Vizcarra desde el 2017, cuando, como contralor de la República, denunció una polémica adenda para la construcción del nuevo aeropuerto de Cusco firmada por el actual mandatario cuando este era ministro de Transportes.
La tercera grabación es aparentemente una charla entre Karen Roca, asistente personal de Vizcarra, y el cantante, donde ella asegura que el presidente la ha traicionado por pedirle que renuncie y se inculpe por haber mantenido reuniones con “Swing”, mientras el artista relata que borró un intercambio de mensajes que tenía con Vizcarra desde que él era embajador de Perú en Canadá.
“Él sólo quiere salvarse él y quedar limpio y bien. Quieren comprar mi silencio, pero yo no le debo ni un sol a Vizcarra”, dice Roca en el último audio.
Roca dejó su cargo en el entorno de Vizcarra en esas fechas, y todo indica que fue ella misma la que produjo las grabaciones y las entregó a Alarcón para su distribución.
Si bien el diputado, quien también es investigado por varios actos de corrupción supuestamente cometidos cuando era contralor, indicó que la persona que había entregado las grabaciones era “anónima”, pidió tras presentarlas en el Congreso que se garantizara la seguridad personal de Roca, de “Swing” y de su propia persona.