Perú elevó de 30% a 40% su meta de reducción de gases de efecto invernadero para el año 2030 dentro de sus compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, que busca evitar que la temperatura promedio del planeta se incremente en 2° C, lo que haría irreversible el calentamiento global.
Este nuevo compromiso más ambicioso del Gobierno de Perú supone que no deberá exceder los 179 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente en el año 2030.
Sin embargo, esta meta adicional estará sujeta a la financiación externa internacional que reciba Perú para combatir el cambio climático, ya sea de otros gobiernos, organismos multilaterales o no gubernamentales.
El ministro del Ambiente de Perú, Gabriel Quijandría, indicó en un comunicado que para alcanzar el nuevo objetivo se debe apostar “por un desarrollo sostenible en términos económicos que reduzca aún más la vulnerabilidad del país ante los impactos del cambio climático”.
Dijo que, actualmente, el modelo global de desarrollo se dirige y apuesta por la sostenibilidad, por lo que subrayó la importancia de la planificación a largo plazo para construir un país bajo en carbono y resiliente al clima.
La viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales, Luisa Elena Guinand, subrayó la naturaleza transversal del cambio climático y la necesidad de adaptarnos a dicho fenómeno global.
“La única manera de asegurar la sostenibilidad de nuestras actividades económicas en el mediano y largo plazo es la transformación hacia una economía baja en carbono”, recordó.
Bosques y glaciares
La mayor parte de emisiones de gases de efecto invernadero de Perú vienen de la deforestación, especialmente de la Amazonía, considerada el pulmón verde del planeta que ayuda a purificar la atmósfera.
Desde el 2001 Perú ha perdido cerca de 2.3 millones de hectáreas de bosques, una superficie superior a la extensión de El Salvador por causas como la agricultura migratoria, la tala ilegal, la minería ilegal y el narcotráfico.
Perú es además uno de los países más vulnerables al cambio climático, pues tiene el sistema de glaciares tropicales más grandes del mundo, situado en las cumbres más altas de los Andes, donde el calentamiento global los está derritiendo a una velocidad inusitada.
Según el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), Perú perdió en el último medio siglo el 53% de sus glaciares, hasta quedarse con una superficie actual de 1,114 kilómetros cuadrados, los mismos que estima que desaparecerán en menos de cien años.