El Ministerio del Ambiente (Minam), mediante el Instituto Nacional de Investigaciones de Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), ha reforzado las acciones de vigilancia y monitoreo en el nevado de Huascarán ante el riesgo de posibles avalanchas.
Un grupo de expertos de Inaigem acudió hasta un área próxima al derrumbe que se produjo el pasado 20 de junio en el pico norte del nevado, ubicado en la provincia de Yungay, región Áncash, para efectuar trabajos de reconocimiento y evaluar los impactos y daños a la infraestructura cercana.
De acuerdo al informe técnico que realizó este equipo, la avalancha de junio pasado no causó pérdidas de vidas humanas, impactos o daños en las viviendas ni en la infraestructura hidráulica existente en la zona Acrarranco, que se encuentra al pie del pici norte del nevado.
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En la revisión también se determinó que la avalancha fue de hielo y no mixta (hielo y roca) y que el derrume de masa glaciar fue de un volumen de cerca de 200,000 m3.
El Inaigeim consideró que la zona norte del Huascarán es una zona muy crítica por el peligro latente existente, según proyecciones basadas en modelos 3D y DEM.
El subdirector de Riesgos Asociados a Glaciares del Inaigem, Juan Carlos Torres, señaló que las últimas avalanchas tuvieron una menor magnitud que la registrada en junio pasado.
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En ese sentido, recomendó que se adopten conductas y medidas preventivas, pues dicho territorio es una zona sísmica y está siendo afectada por el proceso de cambio climático global.