
Lima continúa enfrentando niveles críticos de congestión vehicular, ubicándose, nuevamente, entre las ciudades con mayor tráfico en América Latina y el mundo. Según Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos y Estadísticas de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), la situación es alarmante.
De acuerdo con datos de la firma privada TomTom, la velocidad promedio en Lima durante la hora punta de las 08:00 a.m., entre el 2 de enero y el 10 de marzo de 2025, solo en días laborables, ha sido de 14.6 km/h, llegando a descender hasta 12 km/h en algunos días.
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En la noche, a las 07:00 p.m., la situación empeora, con una velocidad promedio de 13.3 km/h y registros mínimos de hasta 11 km/h.
Estos datos confirman que Lima sigue siendo una de las ciudades más congestionadas de la región, con una tendencia que, según Morisaki, se ha agravado con el tiempo.
“La congestión vehicular refleja peores niveles de circulación y una continua disminución en la velocidad de tránsito”, agregó.
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Lima, la capital más congestionada
Al comparar las cifras con otras capitales de América Latina, como Bogotá, Ciudad de México y Santiago de Chile, Lima destaca como la ciudad con mayor congestión vehicular.
Mientras que Santiago muestra un panorama más fluido en ambas horas punta, la capital peruana sigue registrando niveles alarmantes de tráfico.
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Causas estructurales del caos vehicular
El origen del problema radica en varios factores estructurales.
Morisaki explicó que el deficiente diseño vial de Lima, el crecimiento urbano desordenado, la falta de un sistema de transporte público integrado y eficiente, así como la proliferación de unidades informales como combis, cousters y colectivos, son algunos de los principales culpables.
A esto se suman problemas adicionales como una semaforización desfasada, una señalización vial deficiente, escasa fiscalización y una notable falta de educación vial tanto en conductores como en peatones.
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Consecuencias económicas y sociales
La congestión vehicular en Lima tiene repercusiones más allá del tiempo perdido en el tráfico. “La pérdida de horas hombre afecta directamente la productividad, mientras que el estrés y la ansiedad derivados de las largas horas de viaje deterioran la calidad de vida de los ciudadanos”, destacó Morisaki.
Además, el alto nivel de tráfico contribuye al aumento de la contaminación, generando un impacto negativo en el medio ambiente y en la salud pública, especialmente en las enfermedades respiratorias.
Asimismo, el incremento en el consumo de combustible y los efectos negativos sobre la seguridad vial son costos adicionales que también agravan la situación.
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Llamado urgente a las autoridades
Desde la Asociación Automotriz del Perú (AAP), se hace un llamado a las autoridades para que adopten medidas urgentes y estructurales para enfrentar la crisis del tráfico en Lima.
Es imperativo trabajar en soluciones a largo plazo que no solo mejoren la infraestructura vial, sino que también fomenten la macromovilidad. De acuerdo con Morisaki, es crucial invertir en un sistema de transporte público más eficiente, seguro, moderno y sostenible, que permita aliviar la congestión y mejorar la calidad de vida de los habitantes de la capital peruana.
El futuro de Lima depende de decisiones estratégicas que apunten a un cambio en la forma en que la ciudad se mueve, y es hora de que las autoridades actúen para evitar que la situación empeore.