Augusta La Torre, la primera esposa del fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, fue asesinada por discrepar con el cabecilla de ese grupo terrorista, quien ordenó que sus restos desapareciera, aseguró una investigación publicada en Lima por el periodista peruano Umberto Jara.
“Por las evidencias a las que he podido acceder, fue asesinada”, afirmó Jara, antes de agregar que también consultó un documento policial que reúne testimonios “que muestran cómo Guzmán ordenó la desaparición” de su cadáver.
El periodista ha incluido los detalles de esta investigación en la segunda edición de su libro “Abimael. El sendero del terror”, publicado por Planeta y en el que aborda la historia de Guzmán, ofrece los detalles de su reciente muerte y destaca la importancia que tuvo su primera esposa en esa agrupación.
Un manuscrito de 400 páginas
Mientras en Perú se ha investigado de manera profusa las acciones de Sendero Luminoso, que según la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) causó la mayoría de las casi 70,000 muertes durante el periodo de sus actos terroristas (1980-2000), Jara dijo que él se planteó “estudiar al que había generado toda esa violencia”.
Para ello accedió a un manuscrito, nunca antes revisado, de 400 páginas, escrito por Guzmán tras su captura en septiembre de 1992, cuando negociaba con el entonces todopoderoso asesor presidencial peruano Vladimiro Montesinos “lo que se llamó el acuerdo de paz”.
Gracias a ese documento, así como a otras fuentes y entrevistas, Jara determinó que La Torre “fue una figura fundamental” en Sendero, “a tal punto que sin ella probablemente Guzmán no habría podido llevar todas sus ideas a la práctica”.
La Torre, quien era doce años menor que Guzmán, fue la persona “que organizó los primeros aparatos de Sendero”, dirigió varios de los ataques subversivos y creó, cuando se trasladaron a Lima, agrupaciones como Socorro Popular, dedicada primero a dar apoyo legal a los senderistas y que luego pasó a las acciones armadas.
“Ella ha sido fundamental en la violencia de Sendero Luminoso, digamos que ha sido quien permitió que las acciones de terror se llevaran a cabo, ejecutando la visión y las órdenes de Abimael Guzmán”, remarcó el periodista a Efe.
El misterio de la muerte
Augusta La Torre murió, de manera nunca aclarada, en noviembre de 1988, cuando tenía 43 años, pero ahora las evidencias que Jara ha recogido le permiten señalar que fue asesinada, ya que en esa época discrepó abiertamente con las directivas de Guzmán, quien se casó nuevamente en el 2010 con la también senderista Elena Iparraguirre.
En 1988, agregó Jara, se celebró el primer congreso de Sendero Luminoso para evaluar “lo que ellos llamaban lucha armada” y se presentaron “discrepancias serias” entre La Torre y Guzmán, “a tal punto que ella plantea la posibilidad de escindir el partido”.
“Eso sí era gravísimo, porque ella tenía ascendencia sobre la milicia y podía, efectivamente, generar un cisma”, indicó, antes de añadir que Oscar Ramírez Durand, “Feliciano”, a quien Guzmán le propuso suceder a Augusta La Torre, también señala “que todos los indicios son que fue asesinada para evitar esto”.
Jara recordó que Guzmán dio a entender que se trató de un suicidio, pero nunca aceptó las peticiones de otros dirigentes de Sendero para que se investigue esa muerte y existen testimonios que muestran que ordenó la desaparición del cadáver, para buscar la “impunidad para un crimen”.
La muerte de Guzmán
Guzmán murió más de tres décadas después, en setiembre de este año, tras permanecer en prisión desde 1992, lo que desató una polémica sobre el destino de su cadáver, que finalmente fue incinerado y sus cenizas dispersadas en un lugar secreto, después de que el Congreso promulgara una ley en ese sentido.
Jara consideró, sin embargo, que “hay un punto que va a quedar registrado en la historia política” de su país y es el tiempo que tardó el Gobierno peruano, que preside el maestro rural y sindicalista Pedro Castillo, para tomar una decisión al respecto.
“Hay trece días en las que el Gobierno de Pedro Castillo convierte el cadáver de Guzmán casi en un fantasma que empieza a flotar en un limbo”, cuestionó.
El periodista dijo que esa actitud de Castillo confirma, tal como afirman sus opositores, que su origen está vinculado con el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), una organización que es considerada el brazo político de Sendero.
“Si bien él ha negado eso, a pesar de la evidencia, donde termina admitiendo es a través de la omisión en tomar una decisión a lo largo de trece días”, sostuvo.
¿Qué pasará con Sendero?
Jara también opinó que, tras la muerte de Guzmán, sus seguidores usarán su imagen “para seguir haciendo política”, pero con la intención de esconder los vínculos que las autoridades remarcan que tienen con el narcotráfico.
Más allá de ello, consideró que la principal lección que se debe sacar de esta historia “es que la violencia, venga de donde venga, de izquierda, de derecha, no es un argumento para el desarrollo de una colectividad”.
“Creo que esa es la primera lección histórica que se debe tomar y eso lleva, además, a tratar de entender, a partir del terrorismo que hubo en el Perú, que lo único que trae este tipo de opción violentista es el atraso y se afecta precisamente a los más pobres, que es a quienes decían defender”, concluyó.