La presencia de mujeres en el terreno de las invenciones se ha incrementado considerablemente en los últimos 30 años, al haberse atrevido muchas de ellas a romper estereotipos investigando en campos que históricamente fueron dominados por los hombres, a pesar de la persistencia de múltiples barreras, reveló el estudio “La mujer peruana y las patentes: inventando el futuro”, elaborado por Sofía Miñano Suárez, coordinadora del Área de Ingeniería de la Dirección de Invenciones y Nuevas Tecnologías del Indecopi.
En 1990, las solicitudes nacionales de patente de invención y modelo de utilidad – estos últimos semejantes a patentes pero para innovaciones de menor complejidad técnica- que tenían la participación de al menos una mujer representaban el 6.8% del total. En el 2010 esta tasa se había elevado a 9.6% y en el 2019 alcanzó el 30%, indicó Miñano. Este porcentaje supera el promedio mundial y de América Latina, que en el 2018 fue de 17.1% y de 23.6%, respectivamente.
“Antes era muy limitado el número de mujeres que estudiaban carreras de ciencias y ahora tenemos mayor participación, aunque sigue siendo minoritaria en relación con la de los hombres. De estas carreras salen las mujeres científicas y, por consiguiente, las inventoras”, dijo a Gestion.pe.
De acuerdo con las cifras de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), en el 2016, del total de estudiantes universitarios matriculados, solo un 33% cursaban carreras vinculadas con las ciencias e ingeniería, y de ese total solo el 29% eran mujeres.
¿Por qué la presencia de mujeres es minoritaria en las carreras de ciencia y tecnología? Según Miñano, “esto se define en una edad muy temprana”, cuando a los niños pequeños se les permite y alienta a jugar a desarmar objetos o explorar las ciencias, mientras a las niñas se les encasilla a jugar con muñecas e implementos de cocina. "Estos intereses se definen en la infancia, en el hogar, donde se van formando los estereotipos, que son reforzados en la escuela y muchas veces determinan la carrera a elegir, comentó.
Esta experiencia tuvo que vivir una reconocida científica, señala la investigadora, quien decidió estudiar ingeniería mecánica en la universidad y fue la única mujer en su promoción. “Sus compañeros y sus maestros la desalentaban, le transmitían el mensaje de que esa carrera no era para ella y que no iba a lograr terminar . Ella tuvo que hacerle frente a todo eso”, relató.
Inventos de mecánica y tecnología médica
En los últimos 30 años, los campos tecnológicos en los que más se ha incrementado la proporción de solicitudes con la presencia de al menos una mujer inventora son mecánica y tecnología médica. Asimismo, se redujeron notoriamente en los campos de textiles y de agricultura.
Si bien estos campos fueron históricamente dominados por los hombres, con la presencia de un mayor número de mujeres entre los egresados de carreras de ciencias, se ha elevado considerablemente la participación de inventoras en estos campos, señala Sofía Miñano.
Chalecos para alpacas
Una muestra del importante avance de las mujeres en el territorio de las invenciones es la creación patentada por las hermanas Gaby y Zulma Quispe Anaya: una prenda autogeneradora de calor para animales, también conocida como chaleco para auquénidos.
Como naturales de Ayacucho, las hermanas Quispe Anaya fueron testigos de cómo las alpacas y otros auquénidos mueren de frío por las bajas temperaturas de las zonas altoandinas. “Esto les genera cuantiosas pérdidas a los ganadores, así que diseñamos una prenda de vestir destinada sobre todo a los animales recién nacidos y a las hembras preñadas, elaborada con material impermeable y forrada con tela, que les permite mantener el calor”, manifestó Gaby Quispe, quien es abogada y administradora de profesión.
Aunque intentaron en varias ocasiones proveer de esta invención a los gobiernos regionales, encontraron múltiples trabas burocráticas, que hasta ahora les han impedido elaborar su producto innovador a gran escala.
Asimismo, ser mujeres también les ha presentado dificultades. “Cuando hemos tenido que contactar a comunidades, notamos que hay gran desconfianza hacia nosotras, lo que no ocurre con otros inventores que son hombres”, comenta Gaby.
A pesar de las dificultades, Gaby y su hermana Zulma (quien estudió Ingeniería de Sistemas) se encuentran embarcadas en la elaboración de prendas de vestir para niños y adultos mayores. “Hemos visto que en algunas zonas altoandinas, los niños no regresan a sus casas, porque están muy lejos, se quedan en los colegios y pasan mucho frío. Nuestra intención es generar estas prendas y poder proveer de ellas a entidades del Estado, como el Midis”, explicó.
Smart Containers
Pamela Casimiro es una joven de 28 años, natural de Huancayo, que desde muy pequeña sintió interés por la ciencia. Ante cada problema que detectaba en su entorno, trataba de encontrar una solución. Aunque siendo niña recibía comentarios poco agradables o desalentadores por su gran curiosidad que la llevaba a desarmar objetos, siguió en este camino y posteriormente recibió el apoyo de su familia en los proyectos que emprendió.
Estudió la carrera de Administración y Sistemas, mientras trabajaba en la empresa de su hermano. En tanto, concibió los Smart Containers, que son depósitos autocalentables portátiles y reusables, por lo que también resultan ecoamigables, que logró patentar nacional e internacionalmente.
Con este invento participó en el “Concurso internacional de invenciones femeninas: Kiwie Korea 2019”, en el que obtuvo una medalla de plata y un premio especial adicionalmente. Con el mismo invento ganó el concurso nacional Premio de ciencia y tecnología que organizó el Ejército Peruano.
Sin embargo, más de una vez ha sentido intentos invisibilizarla o de negar sus capacidades como inventora. “Muchas veces me ha pasado, cuando exponía en una feria, que me preguntaban: “¿dónde está el inventor?”. No creían que yo pudiera ser la inventora. A veces me preguntaban si yo era la anfitriona o especulaban que yo no había obtenido mis logros de forma transparente.
Frente a estas situaciones injustas, Pamela Casimiro no se desalienta y continúa trabajando para sacar adelante otros cuatro inventos que tiene en mente desde su adolescencia. Sin embargo, considera necesario un cambio desde la raíz, para brindar mayores oportunidades a mujeres inventoras. “Se debe cambiar desde los juegos que se destinan a las niñas y romper los estereotipos, abandonar esa idea de que las mujeres no somos capaces”, expresa.