Unas 190 millones de personas padecen de dolor crónico en Latinoamérica, 12 millones de las cuales presenta incapacidad por dolor lumbar crónico.
Con motivo del Día internacional contra el dolor, que se conmemora el 17 de octubre de cada año, el presidente de la Asociación Peruana para Estudios del Dolor (Asped), Enrique Orillo, señaló que el 35% de la población de su país, de 32 millones de habitantes, sufre de dolor crónico.
Orrillo remarcó que en Perú existe dificultad en el abordaje del dolor crónico, debido a que, en muchos casos, este es percibido como un síntoma, a pesar de que si se prolonga por más de tres meses es considerado una enfermedad.
En el país andino hay, además, una tendencia a la automedicación, lo que hace que “los pacientes reciban recomendaciones del dependiente de la farmacia, familiares y otras personas que no necesariamente tienen una formación académica, lo cual puede agravar su condición”, añadió.
Al referirse a la situación regional, el presidente de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (Fedelat), Marco Narváez, comentó que esta enfermedad es una de las principales causas de discapacidad, ya que produce daño funcional, físico y psicológico, tanto al paciente como a su familia.
Narváez añadió que con el avance de las campañas de vacunación contra el COVID-19 en América Latina “muchos pacientes están retornando a consulta” y “a ellos se suman quienes no habían sido diagnosticados o enfermaron en ese periodo, lo que ha producido una sobredemanda en la atención”.
Esta situación, unida al déficit de especialistas para el adecuado manejo del dolor, representa un importante desafío sanitario en Latinoamérica donde, según Narváez, el tiempo que tarda un paciente en acceder a un diagnóstico y tratamiento oportuno puede extenderse hasta dos años.
Por su parte, el presidente de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor (ACED), Felipe Mejía, afirmó que si bien el dolor crónico suele asociarse a enfermedades degenerativas en edad avanzada, a patologías como el cáncer o al periodo posoperatorio, esto no significa que se deba padecer.
“Un adecuado diagnóstico nos aproxima al mejor manejo posible del dolor crónico y al control de su patología o de los síntomas dolorosos, dependiendo de su caso”, sostuvo.
Los expertos coincidieron, en ese sentido, en que es importante dar prioridad a la educación de profesionales y la debida atención del dolor crónico en la región.
Orillo resaltó, en ese sentido, que a la formación en Perú se ha sumado la maestría en Cuidados Paliativos y Manejo del Dolor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que cuenta el apoyo de la Fundación Grünenthal de Medicina Paliativa.
Además dijo que, próximamente, se implementará un diplomado de dolor crónico, en alianza con Asped.
En el marco del Día Internacional Contra el Dolor esta última semana se llevó a cabo el Taller Latinoamericano de Dolor Crónico para periodistas, organizado por Grünenthal y la Fedelat, que contó con la participación de los doctores Narváez, Mejía y el periodista científico Iván Carrillo.