El Ministerio de Salud (Minsa) registra en sus cifras oficiales que hasta el 27 de abril se han producido 782 muertes por el nuevo coronavirus a nivel nacional. Sin embargo, las cifras del Gobierno son muy inferiores a la cantidad de cuerpos que han sido cremados como casos de coronavirus tras morir en un hospital o clínica, en su casa o en la calle, según un informe de IDL-Reporteros.
Hasta el 24 de abril, la cifra oficial de muertes por Covid-19 fue de 290 en Lima y 40 en el Callao, y 634 a nivel nacional.
Sin embargo, el registro de Piedrangel, el crematorio que más fallecidos por Covid-19 recoge e incinera en Lima y Callao, revela que, entre el 20 de marzo y el 20 de abril, incineró 1,005 cadáveres entre confirmados y sospechosos del nuevo coronavirus, en Lima y Callao. De ellos, 818 murieron en un centro público de salud, 16 en hospitales de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, 153 en un domicilio o en la calle, 16 en clínicas y 2 en la cárcel.
Desde el 19 de marzo, cuando Piedrangel incineró al primer peruano que falleció en su casa por coronavirus, este crematorio incineraba entre 15 y 18 cadáveres por día. Pero desde el 16 de abril, el promedio de cremaciones aumentó a entre 45 y 50 cuerpos cada día.
“No hemos recibido cadáveres desde el sábado. Los mortuorios de los hospitales deben estar rebalsados de cadáveres. La semana que viene y las dos posteriores serán las más críticas”, dijo Henry Gonzáles, gerente general de Piedrangel, a Gestion.pe. Esta semana, que se supone es cuando más enfermos de Covid-19 fallecerán en casas, calles y hospitales, Piedrangel planea instalar de dos a cuatro hornos más para poder cubrir estas cremaciones.
Además, la funeraria Campo Fe cremó 68 fallecidos sospechosos y confirmados de Lima y Callao, de acuerdo con sus registros actualizados al 23 de abril.
En la suma de los fallecidos registrados por Piedrangel y Campo Fe, se obtiene un total de 1,073 muertes por coronavirus solo en Lima y Callao, es decir el triple de lo reportado por el Minsa en estas regiones, y un número que sobrepasa ampliamente la cifra de muertos registrados en todo el país.
A esto se añade que Campo Fe cremó 30 cadáveres procedentes del Hospital Guillermo Kaelin, en Villa María del Triunfo, como parte de la donación que hizo la compañía al Estado para cremar fallecidos en medio de la emergencia. Sin embargo, dicho hospital no figura en los registros del Minsa como uno de los centros públicos donde se han producido muertes por coronavirus.
Asimismo, la funeraria Mapfre, que tiene cinco camposantos en Lima, Huachipa, Piura, Ica, Chincha y Pisco, también ha sepultado y cremado fallecidos por Covid-19 o con la probabilidad de haberlo tenido. “Hasta el 23 de abril, se han atendido 124 casos: 86 casos confirmados y 38 sospechosos. Se ha usado cremaciones o sepultura. En el marco de la ley y en cuanto esta lo permite, la familia ha decidido por uno de los procedimientos”, indicó la empresa.
Al respecto, Óscar Ugarte, jefe de Operaciones de Essalud y miembro del Comando Covid-19, señaló que “de acuerdo a la norma, los fallecidos sospechosos se consideran como casos confirmados. En principio no eran (contabilizados), pero en determinado momento (esto) se modificó, porque pasó a predominar la sintomatología, el cuadro clínico”.
Por su parte, el epidemiólogo César Cárcamo, miembro del grupo Prospectiva Covid, que asesora al presidente Martín Vizcarra y al ministro de Salud, Víctor Zamora; sostuvo que no sabía si el Minsa incluía o no a los sospechosos por Covid-19 en su registro oficial.
“Hace unas dos semanas hemos solicitado que incluyan a los sospechosos. ¿La razón? Las pruebas pueden dar falsos negativos y porque estamos en una pandemia que va a afectar a muchísima gente, y probablemente una persona que muera con fiebre es porque tenía Covid-19. Entonces hemos pedido estadísticas, incluyendo esos casos”, manifestó.
Asimismo, dio otra explicación tentativa sobre la metodología del registro de muertos utilizada por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC), que es la institución que compila y procesa los datos que se publican en la Sala Situacional Covid-19.
“En el certificado de defunción se pone un código de covid sin confirmación y nosotros lo contamos como covid. El CDC espera que salgan los resultados y los agregan a la cuenta. Si les hacen la prueba y sale positiva, aparece en las cuentas un poco tarde, pero llega. Lo que hay ahí es un retraso con el reporte. Los problemas son otros, de personas que pueden tener la prueba negativa teniendo Covid-19. Tienen los síntomas, pero tienen la prueba negativa. Y nosotros asumimos que esa persona sí tiene Covid. En ese caso sí hay un subregistro. Y luego están las otras personas que fallecieron y nunca les hicieron la prueba y también queda como subregistro. Entonces las estadísticas del CDC son estrictas, pero en las otras estadísticas que nosotros sacamos a partir de los certificados de defunción sí aparecen, solo por el diagnóstico clínico”, indicó.
Manuel Loayza, director general del CDC, la viceministra de Salud Pública, Nancy Zerpa; y la jefa del comando Covid-19, Pilar Mazzetti, no respondieron a las interrogantes del citado medio con respecto a la incongruencia en las cifras de muertes por Covid-19.