Bolivia y Perú pusieron en marcha un laboratorio para la reproducción de peces nativos de la cuenca del lago Titicaca, compartido por ambos países, y que están en riesgo de extinción sobre todo por la pesca desmedida.
El laboratorio está en el Centro Piscícola Tiquina-Bolivia en la localidad boliviana de San Pablo de Tiquina y es una iniciativa conjunta de la Autoridad Binacional del Lago Titicaca (ATL), la Institución Pública Descentralizada de Pesca y Acuicultura de Bolivia (IPD PACU) y el proyecto Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH-TDPS), también binacional.
“La realidad dramática de la pesca” de especies nativas del lago Titicaca, que es el más alto del mundo, como el carachi, el suche o el mauri fue lo que motivó a tener un laboratorio para reproducir estas especies que corren riesgo de desaparecer, explicó el presidente ejecutivo de la ALT, Juan José Ocola.
Según el experto, el volumen de captura de peces ha disminuido en un 90% en al menos las últimas tres décadas, lo que supone que “si antes se pescaban 7,000 toneladas, ahora no se pescan ni siquiera 1,000″.
“Esto es la consecuencia de una sobrepesca, de una falta de control y vigilancia y esto sucede en Perú y Bolivia”, alertó.
Por ello, el laboratorio permitirá producir peces “para poblar y repoblar” la cuenca del Titicaca “y contribuir a la recuperación de las poblaciones naturales”, lo que garantizará la seguridad alimentaria y el trabajo para quienes viven de la pesca, indicó.
“Son miles de familias peruanas y bolivianas que viven de esta actividad milenariamente y consideramos que es el momento oportuno para hacer el mayor esfuerzo y lograr proyectos que en cinco o seis años o un poco más reviertan la situación”, apuntó Ocola.
Por su parte, el director de IPD PACU, Grover García, explicó que inicialmente se prevé producir medio millón de larvas o alevinos de las especies citadas, con miras a llegar al millón anual.
Las larvas que se produzcan en el laboratorio irán a repoblar el Titicaca, pero además los lagos peruanos Arapa y Umayo y los bolivianos Uru Uru y Poopó, que son parte del Sistema Hídrico Lago Titicaca-Río Desaguadero-Lago Poopó y Salar de Coipasa (TDPS), según información de la ALT.
Diagnóstico binacional
Durante la inauguración del laboratorio, Ocola presentó algunos resultados de un diagnóstico pesquero y acuícola que se hizo al sistema TDPS que señala que el principal riesgo para las especies nativas es la sobrepesca y el incumplimiento de vedas, tanto en Bolivia como en Perú.
A esto se suman otras causas como la depredación de especies introducidas a estos hábitats, la contaminación de ríos afluentes y algunas áreas del lago Titicaca, la invasión de las zonas de reproducción natural por la acuicultura, la debilidad de los programas de control y vigilancia pesquera y la poca conciencia social en torno al problema.
La ALT alertó de un riesgo de colapso de los recursos pesqueros que tendrá un impacto negativo en la economía de las poblaciones que viven de esa actividad, así como en la seguridad alimentaria de las zonas que se alimentan sobre todo de los peces nativos del lago.
Si estas especies nativas finalmente desaparecen, se habrá perdido el patrimonio genético de Bolivia y Perú y se generará el “síndrome del lago vacío”. indicó la entidad binacional.
También alertó de la falta de datos oficiales actualizados en ambos países sobre, por ejemplo, la cantidad de pescadores que operan en la cuenca del Titicaca, o el número de barcos y redes.
Nueva instalación
El laboratorio está emplazado en un área de 120 metros cuadros y cuenta con salas de incubación, producción de alimento vivo, sala de cría y estanques para la recepción y adaptación de reproductores capturados en los diversos lagos del sistema hídrico, según la ALT.
Su fuente de abastecimiento de agua es el llamado Lago Menor del Titicaca, para lo cual se instaló un sistema de bombeo.
Ocola precisó que las especies nativas “no se sacan todos los días y se reproducen”, pues hay un periodo específico del año para ello y en este momento están en proceso de maduración.
Esto supone que en los próximos meses se buscarán especies y ovas que serán fertilizadas y cuidadas en el laboratorio, indicó.
También se buscará la formación de especialistas, entre pescadores, profesionales y técnicos, que manejen técnicas de reproducción y siembra de las especies nativas, además de realizar investigaciones que contribuyan a una actividad pesquera sostenible y al cuidado del medioambiente. La instalación del laboratorio demandó una inversión equivalente a US$ 27,200.