El presidente de Antamina, la mina de cobre más grande de Perú, buscó el viernes aliviar tensiones en una visita a una comunidad andina cuyos residentes en una protesta obligaron a la empresa a suspender sus operaciones la semana pasada.
Víctor Gobitz, también gerente general de Antamina -controlada por Glencore y BHP-, dijo en una reunión con los residentes de la comunidad de Aquia, a donde llegó Reuters, que las dos partes pueden encontrar coincidencias, en un cambio brusco a un tono critico anterior.
“Con un diálogo alturado vamos a encontrar la fórmula de encontrar un plan de desarrollo para todo el pueblo de Aquia”, dijo Gobitz en el encuentro realizado en el ruedo de una plaza de toros de la localidad, ubicada en la región Ancash del norte del país.
“Tenemos que predicar con el ejemplo que podemos encontrar puntos en común”, agregó el ejecutivo.
El tono conciliador contrasta con declaraciones de Gobitz hace unos días, cuando apareció en medios locales para señalar a las protestas como violentas y afirmar que sólo eran representativas únicas de una minoría de la zona.
Gobitz llegó a la zona rural de Aquia para una reunión con los residentes el viernes en un helicóptero del gobierno.
Las protestas contra las mineras en Perú, el segundo productor de cobre del mundo, se han intensificado en las últimas semanas en medio de altas expectativas de las comunidades rurales envalentonadas por la nueva administración del mandatario izquierdista Pedro Castillo.
Castillo, de origen campesino, llegó al poder en julio con el apoyo masivo de las regiones mineras, prometiendo aumentar los impuestos a las compañías del sector para promover el desarrollo local.
La comunidad de Aquia, ubicada a 60 kilómetros del yacimiento de Antamina, había bloqueado por varios días desde finales de octubre una carretera utilizada por la empresa, antes de aceptar levantar la protesta después de conversaciones del gobierno a principios de esta semana.
Los residentes dicen que la zona recibe poco en términos de impuestos y contribuciones de la mina, mientras que la empresa tiene un mineroducto y una carretera que atraviesa el pueblo.
“Esto no es una pataleta social”, dijo Adán Damián, presidente de la comunidad de Aquia, en declaraciones en respuesta a Gobitz. “Tengo sentimientos encontrados de que después de tanta protesta finalmente somos escuchados”.
Los residentes de Aquia esperan firmar un acuerdo formal con Antamina más tarde el viernes. La presencia de Gobitz indica que es muy probable que haya una resolución positiva.