Vientos favorables empiezan a soplar

La segunda parte del año llega con mejores vientos y algunas buenas noticias en el ámbito empresarial que deberíamos poder aprovechar. El anuncio del inicio de la construcción del proyecto minero Tía María en Arequipa, luego de más de 30 años, es sin duda un mensaje positivo que esperemos gatille otras inversiones, pero también demuestra otra realidad: la incapacidad para ponernos de acuerdo como país y lo difícil que es invertir en el Perú.

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Es increíble cómo las propias instituciones, llámense municipalidades, gobiernos regionales, o incluso los ministerios, sin hablar de las ONGs ideologizadas, ponen trabas a la inversión minera formal en nuestro país, mientras la minería ilegal literalmente tiene zonas completamente tomadas, como Madre de Dios o Pataz, sin ningún tipo de oposición.

Por eso, el mensaje de la mexicana Southern Copper Corporation de iniciar su proyecto de US$ 1,400 millones en la provincia de Islay representa un hito importante para el sector. El presidente del BCR, Julio Velarde, por ejemplo, decía la semana pasada que espera que el avance de Tía María dé confianza a otras iniciativas importantes para el país.

No es poco el potencial que tenemos. Al 2024, el portafolio de proyectos mineros consta de 51 iniciativas con un monto de inversión que alcanza los US$ 54,556 millones, que hoy están dormidos en 18 departamentos, mientras el precio de los metales, en especial el cobre, está en niveles récord debido a la transición energética que atraviesa el planeta.

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Sin embargo, en Perú estamos más preocupados en solicitar más de 400 permisos que tienen que pasar por cerca de 30 instituciones diferentes antes de aprovechar el potencial minero que tenemos como país. El problema, como ya hemos dicho, es que mientras eso ocurre, la minería ilegal que asesina y contamina tiene el terreno libre para operar a sus anchas.

La buena noticia es que hoy, tanto en el Ministerio de Energía y Minas como en el de Economía y Finanzas, tenemos a dos profesionales como Rómulo Mucho y José Arista que desde un inicio han mostrado total voluntad para impulsar esta cartera millonaria y agilizar la tediosa permisología. De hecho, ni bien ocuparon el cargo, ambos manifestaron su total apoyo a la necesidad de impulsar el proyecto Tía María, sin temor al ruido que esto generaba en determinados sectores.

Así que la oportunidad que se abre para el sector y, sobre todo, para el país es excepcional de cara a recuperar parte del brillo que teníamos hace una década. Tenemos una cartera millonaria de proyectos, tenemos ministros que están dispuestos a comerse el pleito y precios de los metales en niveles favorables para incentivar la producción minera.

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Quizá suene algo optimista eso último, pero ya tenemos tantos problemas que es importante tratar de buscar algunas oportunidades a las que aferrarnos. Y este mejor ánimo hoy se empieza a sentir. Luego del retroceso de abril y mayo, en junio las perspectivas empresariales sobre la economía peruana en los próximos tres y doce meses volvieron a mejorar y la mayoría son positivas, según la última Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del BCR.

Esperemos que este nuevo aire se mantenga en los siguientes meses y ayude a materializarse en más inversión privada y, por tanto, mayor generación de empleo. Pero es importante que nuestras autoridades entiendan que su rol es impulsar este optimismo y no aplastarlo con decisiones populistas. Los vientos parecen soplar en la dirección correcta.

SOBRE EL AUTOR

Omar Mariluz Laguna

Magíster en Economía, diplomado internacional en Comunicación, Periodismo y Sociedad, estudios en Gestión Empresarial e Innovación, y Gestión para la transformación. Cuento con más de 15 años de experiencia en el ejercicio del periodismo en medios tradicionales y digitales.