Directora de mercadeo de Adobe para Latinoamérica
Mucho se habla sobre la brecha de talento digital y la alta demanda de cargos tecnológicos por parte de grandes empresas que tienen años de operación en el mercado, pero también por parte de startups que recién empiezan. Los ingenieros siempre han sido necesarios en las compañías, pero con el crecimiento y la adopción de nuevas tecnologías su importancia es aún mayor y tener un equipo IT robusto y capacitado es probablemente un reto al que se enfrentan muchas de estas compañías.
De acuerdo con cifras del MinTIC, en Colombia, actualmente, 274,386 personas hacen parte del sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, de las cuales apenas el 43.4% son mujeres, mientras que el 56.6% son hombres,
Sorprendentemente de los 30,000 desarrolladores, programadores y codificadores que se necesitan en nuestro país, pocos se han encontrado y la tendencia puede aumentar a tal punto que, en 2025, se necesitarían más de 200,000. Solo hay que imaginar las posibilidades que tendremos laboralmente y el futuro que los niños, niñas y jóvenes tendrán en unos años con la educación más sofisticada y un cambio de programas académicos que incluya habilidades como el desarrollo de pensamiento computacional y lenguajes de programación como Java, Python, PHP, SQL y otros.
Pero allí no termina todo, también es necesario dar mayor impulso el talento femenino en la industria de TI y, desde luego, en el mundo digital. Desde Girls4Code, organización que busca promover las carreras STEM en niñas de 12 a 17 años que fundé junto a María Eugenia Rodríguez, vicepresidenta de la comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, creemos que la clave para cerrar la brecha digital está en el talento femenino.
Pero para que esto llegue a buen término quedan varias tareas por cumplir: la primera es seguir trabajando para que más niñas se interesen por estas profesiones; la segunda es darles la posibilidad de elegir, que tengan modelos referentes positivos, y la tercera es identificar la razón por la cual existe una alta deserción femenina en estas carreras y tomar las medidas correspondientes.
La primera tarea ya está avanzando, aunque es necesario seguir adelante impulsar este tipo de carreras. Organizaciones como Girls4Code, programas públicos y entidades privadas han impulsado la adopción de espacios de pensamiento computacional para los más pequeños, en zonas tanto urbanas como rurales. Lo importante es que existe interés por destacar en estas carreras para convertirnos en un país que exporta talento es evidente.
La segunda es una forma de complementar la primera y, al mismo tiempo, avanzar en el reto de cerrar la brecha de género en cargos de poder en las empresas de TI. Escoger una profesión no sólo depende de nuestros gustos, también tiene que ver con las personas que nos inspiran.
Los modelos a seguir son importantes desde la infancia y en la adolescencia porque ayudan a navegar en el descubrimiento de la identidad y a perseguir nuestros sueños cuando somos adultos. Un grupo de profesores de psicología de la Universidad de Washington señala que cuando no existen estos modelos, es difícil encontrar una carrera, especialmente cuando se tratan de profesiones con mayor presencia masculina. Pero entre más modelos femeninos podamos destacar en esta industria, mayor es la posibilidad de que las niñas y jóvenes vean las oportunidades que existen.
Frente a lo cual, es necesario que todas las empresas nacionales les den la oportunidad a más mujeres de llegar a cargos de poder, para que puedan ser un ejemplo a seguir y un motivo de inspiración para otras generaciones.
Este, justamente, es mi llamado: para que no solo cumplamos con la tarea y el propósito de llegar a lo más alto y destacarnos, sino también de visibilizar nuestro trabajo, las gestiones y los logros para que un mensaje inspirador pueda alcanzar a más niñas y jóvenes, para que podamos demostrar que somos altamente competentes, responsables y brillante. Pues el futuro para cerrar la brecha está en conseguir que más de ellas sueñen con carreras STEM.
La tercera puede ser complicada, pero no imposible. Se trata de deshacernos de hábitos y estereotipos tradicionales y nocivos. Esa es una de las principales conclusiones del estudio titulado: “I Don’t Know Why They Make It So Hard Here”: Institutional Factors and Undergraduate Women’s STEM Participation, que relaciona a la ‘amenaza del estereotipo’ como un problema grave dentro de las instituciones hoy en día, porque esto promueve de manera inconsciente, desde mensajes negativos hasta burlas misóginas y machistas.
Estas tres tareas tienen una conexión innegable; el éxito de una incide directamente en la otra. Pero la clave está en seguir impulsando el talento femenino y las habilidades digitales en las mujeres, pues en Colombia somos nosotras quienes más representamos esta realidad. En 2018 el 13.4% de las mujeres se encontraban en condiciones de pobreza monetaria frente al 11.9 % de los hombres. Pero un cambio de mentalidad y de hábitos significaría no solo el cierre de la brecha de oportunidades y de género en nuestro país, sino que también ayudaría a impulsar el talento femenino tipo exportación.