Ricardo Boria Jesson, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Loreto
En el Perú tenemos una alerta roja sobre uno de los motores fundamentales del crecimiento: la inversión privada ha tenido una tendencia a la baja desde hace meses, presentando el primer trimestre del presente año, la mayor caída con -12% (porcentaje que no se registraba desde el año 2009). Esta situación es crítica, pero en Loreto no es la única alerta.
Loreto, la región más grande del país, la puerta de ingreso a la amazonia, cuna de diversos servicios ecosistémicos del planeta, por tercer año consecutivo se encuentra en el último lugar del Índice de Competitividad Regional, que analiza el desempeño de las 25 regiones del país.
Algunos de los resultados más impactantes se enfocan en la situación de la educación en la región, donde el rendimiento a nivel primario y secundario es el más bajo de todo el país. Además, Loreto tiene el menor porcentaje de colegios y hogares con servicios básicos (electricidad, agua y desagüe) a nivel nacional y se ubica como la región con menor acceso a internet móvil.
En ese sentido, resulta conveniente considerar la Ley 27037, Ley de la Promoción y la Inversión en la Amazonía, la misma que no se ha cumplido en su totalidad, siendo cuestionada por el Congreso de la República en más de 10 oportunidades en toda su existencia, por lo que ha generado mayor inestabilidad jurídica. Así, en lugar de atraer inversión privada, ha generado que las mismas se retiren.
El Artículo 69 de la Constitución Política del Perú menciona que el “Estado promueve el desarrollo sostenible de la Amazonía” con una legislación adecuada, sin embargo, los resultados muestran que el desempeño de nuestras autoridades no va dirigido hacia el desarrollo de nuestra región. No es posible que nos encontremos en la última posición de competitividad regional durante tantos años consecutivos.
La implementación de las leyes 30896 y 30897 ha generado que las empresas se retiren y que se les otorgue presupuesto a los gobiernos regionales que, si bien han podido ejecutar un cierto porcentaje de las obras, estas no han generado el impacto necesario para brindar las condiciones que los ciudadanos de la Amazonía, y de Loreto en especial, requieren para su desarrollo.
El potencial productivo en Loreto es rico y diverso, la actividad agropecuaria, vinculado a cultivos orientados a los mercados locales e internacionales, la actividad de hidrocarburos, la manufactura diversa y el intenso intercambio comercial pueden convertirse en palancas del crecimiento y desarrollo para las familias loretanas, sobre todo para los jóvenes que hoy en día ven su futuro incierto.
Es momento de direccionar los esfuerzos de todos los actores hacia el objetivo principal: el desarrollo de los loretanos. El sector público, en sus tres niveles: el central, la región y los municipios, la empresa privada, la academia y la sociedad civil debemos trabajar en conjunto, cohesionados y orientados para resolver las necesidades de la población.
Volquemos nuestras energías a plantear acciones y así elevar la competitividad de nuestra querida región de Loreto.