Country President de Sodexo Perú
Si tuviera que elegir un camino a la sostenibilidad, desde la empresa, seguramente partiría por trabajar en el respeto a los derechos humanos (ODS16). Empezaría por asegurarme el poner al ser humano en el centro de todo lo que hacemos, para sobre esa base, la de una cultura de no discriminación, respeto, cuidado y empatía con el otro, una cultura de equidad e inclusión, construir un gran lugar para trabajar. Porque al entendernos, aceptarnos y reconocernos nos daríamos cuenta que en el fondo no somos tan diferentes de lo que creemos y que, al final, todos queremos un poco lo mismo. Así, convencidos de la grandísima oportunidad que tenemos por delante, nos dedicaríamos más bien a soñar juntos sobre cómo construir una mejor empresa, para un mejor país para todas y todos.
Esa mirada, además, nos permitiría acercarnos a fondo a las personas, empezando por nuestros colaboradores, y conocer mejor sus desafíos y carencias, sus deseos e ilusiones, sus miedos y brechas, pero también sus aspiraciones (ODS10). Veríamos como un gran panorama se abre ante nosotros. Notaríamos que los grandes problemas de nuestro país, son también nuestros problemas, que el Perú no puede tener éxito si nosotros, nuestras empresas no tienen éxito, notaríamos cuánto nos falta para llamarnos equipo, y porque no familia.
Veríamos que nuestros sesgos nos impiden ver más allá, que la gente que sufre hambre (ODS2), falta de acceso a la salud (ODS3), agua y desagüe (ODS6) y educación (ODS4) nos necesita y que las repuestas las tenemos en frente de nosotros. Probablemente, en un ejercicio de curiosidad validaríamos cómo la igualdad de género (ODS5) es fundamental para reducir esas brechas, para generar bienestar y crecimiento para todos los peruanos y peruanas. Entenderíamos cuánto es que la violencia nos consume, nos atrasa, además de costarnos una fortuna, especialmente a los que menos tienen. Comprobaríamos que nosotros podemos cambiar eso, empezando evidentemente por lo obvio, preguntándonos como generar más trabajo y un mayor crecimiento económico (ODS8 y ODS9).
Reflexionaríamos, aún más si cabe, sobre los grandes obstáculos que tenemos para hacerlo (ODS11), sobre el crimen que constituye que el país pierda tantas oportunidades por estar inmerso en una espiral política suicida, pero que no hay otro camino sino la sostenibilidad (ODS16), y por tanto, aceptaríamos la gran responsabilidad que tenemos y cuánto debemos hacer para no fallarle a millones de peruanos y peruanas, a nuestros hijos, a nuestros futuros nietos, porque a falta de líderes, ellos y ellas esperan lo mejor de nosotros, cuando menos en nuestras empresas.
Porque allí, en ese espacio, ya estamos haciendo la diferencia mejorando la calidad de vida de nuestra gente (ODS1), aunque sin duda debemos hacer más. Veríamos entonces también el efecto multiplicador de nuestras acciones en nuestros grupos de interés, desde clientes, consumidores y proveedores pasando por las comunidades que tocamos de forma directa o indirecta. Seguramente nos asustaríamos, con el tamaño del desafío y quizá, caeríamos en la trampa de creer que nos supera y querríamos bajar los brazos, pero comprobaríamos que no estamos solos, que empresas como las nuestras o inclusive otros actores de la sociedad civil, quieren esto tanto como nosotros y nos uniríamos más (ODS17). Y, aprenderíamos que todo lo que hacemos tiene consecuencias en nuestro ecosistema, el medio ambiente, nuestra hermosa geografía y mega diversidad, el propio planeta y comenzaríamos a investigar algo más (ODS7, ODS12, ODS13, ODS14 y ODS15) y un universo de conocimiento y oportunidades se abriría aún más ante nosotros, y la lucha contra el cambio climático nos parecería menos ajena, ciertamente posible.
Llegado a este punto, e imaginando que pasamos por todo con éxito, probablemente creeríamos que habríamos cumplido con nuestra responsabilidad como líderes… pero siendo cada vez más conscientes y humildes, notaríamos que habiendo hecho mucho, no hemos hecho “nada”, porque el Perú se ahoga en corrupción y nuestras instituciones, el Estado peruano, requiere un ajuste de tuercas importante (ODS16), porque sin dichas instituciones, sin la democracia, no llegaremos lejos. Y entonces veríamos que la tarea es larga, titánica (que el ODS 16 se repite una y otra vez), pero por suerte veríamos también que el camino es claro, lo marcan los objetivos de desarrollo sostenible y volveríamos con optimismo, fe y determinación a seguir trabajando por este hermoso país, llamado Perú… porque sin duda otro Perú es posible.