Escribe: Ljubica Vodanovic, socia de Vodanovic.
Los peruanos ya conocemos los beneficios disruptivos que ha traído la interoperabilidad de los pagos digitales a favor de la competencia e inclusión financiera. Hoy el ciudadano de a pie (especialmente, quien no tenía una cuenta) siente que la tecnología, los actores financieros y la autoridad, le han brindado una poderosa herramienta (las billeteras digitales) para atender sus pagos de manera simple y segura. Pero este proceso de transformación del sistema financiero trae herramientas más disruptivas, como las Finanzas Abiertas (Open Finance - OF).
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Como muy bien lo recordó en un reciente foro Paul Castillo, gerente general del Banco Central de Reserva (BCR), la interoperabilidad es solo una parte de un proceso con cuatro etapas. La primera es justamente el mundo de los pagos abiertos (Open Payments) que implica la interconexión de datos para que distintos proveedores nos ofrezcan una variedad de soluciones de pagos, a través de la interoperabilidad. La segunda etapa, que ya empezó en el sector privado, es la banca abierta (Open Banking), al que luego le seguirá las finanzas abiertas (Open Finance), que incluirá a los bancos, compañías de seguros, de bolsa, AFP, etc. Finalmente, la cuarta etapa será el mundo de los datos abiertos (Open Data) en todos los servicios, no sólo en los financieros.
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La semana pasada recibimos al experto colombiano, Ángel Sierra, quién nos aportó varias ideas interesantes. Entre ellas, dijo que la revolución del OF, y las oportunidades que trae, serán bien capitalizadas por aquellas personas que entran a conocer las nuevas reglas y se capacitan. Consideró que la banca tiene la mejor oportunidad de liderar, como sucedió con Bancolombia, el principal banco en su país, que creció en rentabilidad al ponerse al frente y encabezar el OF. También sostuvo que, a diferencia de México y Chile (que no siguieron las cuatro etapas progresivas), el Perú ha empezado con buen pie al iniciar un proceso gradual y ordenado.
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Coincido plenamente. Las oportunidades serán mejor capitalizadas por aquellos que conozcan el OF en sus tres facetas: tecnológica, legal y comercial. La tecnológica tiene que ver con el procesamiento de datos y la interconexión entre entidades a través de APIs, (Application Program Interfaces), es decir, los programas que permiten que la infraestructura de una empresa converse (se “enchufe”) con otra. La parte legal y regulatoria se refiere a cómo hacer vinculante el OF para las entidades, cómo se protegen los datos personales, la ciberseguridad, y los derechos del consumidor. Y, finalmente, la parte comercial, tiene que ver con la infinidad de estrategias para crear nuevas ofertas de valor. Un documento de la Alianza del Pacífico identifica hasta 50 casos de usos, a partir del Open Finance.
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Nuestro país está en un buen momento para prepararse, conocer todas las aristas de esta herramienta para luego empezar a regularla. Será crucial el liderazgo del sector privado para capacitarse y afrontar las facetas tecnológica, legal y comercial y, además, iniciar un trabajo colaborativo con el Estado para que, escuchando a la industria y a los consumidores, diseñe la mejor regulación posible.
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